“Pero acabó por resignarse: guardó en la cómoda devotamente su precioso atavío y los zapatitos de raso cuya suela se había amarilleado al frotarse contra el suelo encerado y resbaladizo. Su corazón era como aquellos zapatos: al frotarse con la riqueza se le había pegado por debajo algo cuya huella jamás desaparecía ya”.
— Tavín Flaubert en “Madame Bovary”.
Published on July 26, 2019 10:16