Salvatierra despertó levemente mareado, mirando el techo de un lugar ajeno, extraño y envuelto en un aroma repugnante a alcanfor, flores rancias y carne picada. Notó con horror que su cuerpo no le respondía, debido a la acción de alguna sustancia química, sus miembros unidos a diferentes cables y mangueras. Entonces recordó el pinchazo en el 168.
El día había comenzado mal. La resaca palpitándole en las sienes le rememoraba su vida solitaria, que había intentado amortiguar con alcohol barato y...
Published on November 21, 2011 09:44