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Era sólo una semilla, una pequeña semilla.
Quería crecer muy grande y disfrutar de la vida.
Desde el interior del vientre voces feroces oía,
oía llanto y lamentos, muchas lágrimas sentía
resonando en mi cerebro y dando forma a mi vida.
No quiero salir ahí fuera, no quiero salir, decía.
Pero un día me empujaron, me empujaron a la vida
y tuve que salir fuera, y ver la cara del día.
Al llegar a casa nadie
me esperaba ni me oía
mi madre sólo lloraba y el ogro siempre decía:
“yo te tengo que matar, acabaré con tu vida”.
Y así crecí junto al miedo,
que en la carrera vencía
“sólo soy una semilla, déjame vivir mi vida”.
Pero el miedo se hizo fuerte y machacó a la semilla
que creció muy pequeñita y con el alma escondida.
Un día, por la mañana, mamá amaneció dormida
y la pequeña semilla
en la oscura tierra quedó hundida.
Semilla no quiero ser,
de un árbol que siega vidas
antes de nacer te pido:
“mamá salva tu semilla”.
Serie: Poemas Desgarrados. Vanesa Paredes.
Published on May 20, 2019 10:27