YERMA
Título: Yerma
Autor: Federico García Lorca
Género: Tragedia teatral
Editorial: Catedra
Páginas: 128
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SINOPSIS
Como repetidamente declaró Federico García Lorca, «Yerma» es una tragedia con un solo tema (la mujer estéril) y un carácter en progresivo desarrollo. A través del largo tiempo dramático, Yerma lucha desesperadamente con su verdad, que cada vez se vuelve más conflictiva y no ceja en ello hasta consumarla. La resolución final ?la muerte del marido? es la última defensa de su sueño imposible y una afirmación rotunda de su destino trágico ante la ciega fatalidad.
MIS IMPRESIONES
Según el propio Lorca, Yerma es un poema trágico en tres actos, cada uno de los cuales consta de cuatro cuadros. La narración es sencilla a pesar de toda la simbología que engloba entorno a la idea de fertilidad y vida.
Yerma es la historia de una mujer desesperada por satisfacer su deseo de ser madre. Un deseo que la lleva a salir de su casa, acudir a todo aquel que pueda darle esperanzas de procrear en un momento de la historia en que el sexo era un gran tema tabú del que ni se hablaba, ni se cuestionaba, ni se trataba. Este ir y venir de la muchacha provoca habladurías entre los vecinos, y malestar en su marido, pues en la época en que se enmarca, una mujer de bien debía ocuparse de su casa y de su familia. Paradójicamente, es el gran problema de Yerma, la falta de una familia de la que ocuparse. El no tener hijos, para ella, implica no ser una mujer completa, una mujer como tiene que ser. Es un ser imperfecto e incapaz, por lo tanto, de ser feliz, aunque ame a su marido y él, aunque un tanto frío y severo, también lo haga.
Demuestra una gran entereza ante lo que algunos personajes le plantean como solución al problema: caer en la tentación de una infidelidad, engendrar un niño, hacerlo pasar como de su marido. Incluso abandonar al esposo estéril y empezar una nueva vida, completa, al lado de otro hombre. Esta opción, en la visión de la época y de Yerma, no es viable. El honor es lo único que tienen, o tenían, en este caso, los campesinos pobres en la Andalucía de los años treinta. Es lo único que Yerma entiende como valioso de sí misma, y le llevará a un final que la incapacita de forma total en la consecución de su ideal.
Tras una discusión con su marido, ella se da cuenta de cuan dispares son sus necesidades, sus metas en la vida y, lo más importante, la poca empatia de Juan ante su deseo. La última frase de la obra “¡yo misma he matado a mi hijo!”, es devastadora. Es su confirmación a dejar de ser ella, es la derrota a la que sucumbe y se resigna.
Como clásico que es, la recomiendo a todo el mundo. Lorca es una gran figura dentro del panorama literario mundial de todos los tiempos, por lo que todo aquel que se considera lector tiene que haber leído esta pequeña joya teatral.


