Feed animals in the zoo

En la foto, la muestra gráfica del 70% de la experiencia de ir al zoológico.

Los pobres gueyes están echando la hueva. Este pobre diablo, el Ursus maritimus, en un ambiente completamente alienígena al suyo (la Ciudad de México –que también suele ser alienígena para varios de nosotros), quizá cansado de no cazar y destripar a su propia comida (viva), quizá deprimido, se recuesta y le vale madres que miles de niños hayan venido a verlo. Perdón: según el Zoológico de Chapultepec, “el favorito de los niños” es el Ailuropoda melanoleuca. Hoy vimos a uno tirado en un tronco, con las patas para arriba –mismo caso de un Macropus rufus que se rascaba las ingles viendo al sol– y a otro recargado contra el vidrio, empujándose una rama de bambú. Absolutamente hermoso. Hay una pequeña exhibición sobre el Canis lupus baileyi, nuestro propio y privado lupus nacional, casi extinto. Triste hasta las lágrimas. El Panthera tigris se notaba nervioso, inconforme y ansioso. Neurótico. No es el tipo de animal que nació para estar en cautiverio (¿habrá alguno?), limitado por reglas estúpidas, como vivir entre troncos fake y comer comida fake y salir a hacer un acto cirquero fake para entretener visitantes. “Nature and art”, decía Perry Farrell en el Ritual de lo Habitual, “what could be more breathtaking?” Un Panthera tigris no debería estar encerrado. Cosas que es preferible avistar in the wild: perritos de la pradera, prototipos del iPhone 5, halcones volando bajo, los chamorros de las mujeres. Algún naturalista podrá contradecirme pero, en cambio, vi muy cómodo al Hippopotamus amphibius, sumergido en su peculiar caldo de agua + suciedad, y sacando de vez en vez la gulivera para eructar. Un tipo bonachón, no precisamente encantador. Se me figuró como esos animales urbanos que producen lonja sumergidos en su peculiar caldo de sillón + suciedad, de preferencia viendo el fut. Giraffa camelopardalis. Dama dama. Fennecus zerda. No había elefantes, por alguna razón ya no hay elefantes en el zoo de la Ciudad de México. En su lugar, antílopes, los cuales son lindos pero están muy por debajo en el wówmetro. Una vez vi a un elefante orinar: qué espectáculo tan bizarro. El tipo solo estaba tirándose unos miriams, ya saben, pero parecía la jodida aventura del Poseidón. Extrañé ver elefantes hoy. La sección de serpientes es una chingonada triple. Observamos a una Dendroaspis angusticeps reptando y sacando la lengua. El animal es verde. No necesita presumir su verdor: es verde y es perfecto. Su nombre común me recordó a Beatrix Kiddo. La Eunectes murinus es brutal. ¿Cómo puede existir eso, cómo debe ser vivir en el mismo hábitat que ese animal? Algunas serpientes me parecieron tan serenas, como meditando. Me recordaron que en las culturas orientales no simbolizan lo peor del hombre, sino lo más sabio. Mi hija se prendió con la idea de ver pingüinos, pero claro, acabamos de ver la película de Jim Carrey (actorazo). Así llegamos –y volvemos en este post– al Ursus maritimus, triste caso de un dude que no tiene nada que hacer aquí. Lo mismo aplica para los Panthera leo, quienes por lo general son de los grandes aguafiestas de todos los zoológicos, con todo respeto para los guionistas de Madagascar. Deprimidos o solo echando la hueva. Nunca hacen NADA. Y menos sí son machos. Y justo en la reserva de enfrente, las Equus quagga, el alimento perfecto del Panthera leo. Solo el Homo sapiens hace esas tonterías, pensé. Poner frente a frente a depredado y depredador. Y no permitir que las cosas sucedan. Supongo que así son los terrores agridulces de los zoológicos: es deprimente ver a un animal encerrado. Y a la vez es hermoso poder verlos. Los ojos grandes y pestañones de mi hija sorprendidos cuando el Zalophus californianus pasó nadando frente a nosotros. Uff. Un bonito día con mi Pixie favorita en el zoo. It’s such a perfect day, I’m glad I spent it with you.

Me despido con algo de Nick Park.

https://medium.com/media/103921d109073df6264b515a2a11f904/href

Originally published at ruyxoconostle.wordpress.com on August 3, 2011.

Feed animals in the zoo was originally published in Ruy Xoconostle W. on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.

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Published on August 02, 2011 17:00
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