La documentación (I) | Writing Wednesdays
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En el útlimo Writing Wednesdays cubrimos los esquemas, por lo que hoy daremos un saltito al paso número dos que todo escritor debe tener en cuenta. Da igual que tu novela sea realista o fantástica, que se enmarque en tu ciudad o en la China, siempre deberías echar un vistazo a la web para hacerla lo más creíble posible. Evidentemente, esta labor se multiplica cuando escribes histórica, pero incluso en las épocas más actuales es necesario un trabajo de investigación previo que hará que nuestro libro sea lo más completo posible.
Así que… ¡Empecemos por el principio! O, por lo menos, lo que siempre es el principio para mí: los nombres. Una vez que ya has decidido el país en el que se situará tu obra, deberías cerciorarte de que los personajes adopten nombres del país.
Pero claro, no todos sabemos ruso, japonés o suajili, no problem! Nuestro amigo Google nos ayudará. En la web hay un extenso listado de buscadores de nombres, así que os daré los links de los que más utilizo yo.
~Mujer Terra.
~
~Todo papás.
~Orígenes de nombres.
Básicamente, introduces el país de procedencia del nombre y el sexo de tu personaje y te salen varias opciones para elegir. Algunos, incluso, incluyen el significado del nombre en particular. Esto sin duda es de poca importancia para muchísimos escritores (y está perfectamente bien si tú te incluyes entre ellos), pero a mí personalmente me gusta jugar con el simbolismo y el significado de los nombres, especialmente los bíblicos y los mitológicos.
Aunque claro, hay algunos nombres que tienen truco y muchas veces no se dan cuenta ni autores consagrados. Por ejemplo, rara vez veo los nombres rusos escritos correctamente. En más de una ocasión me he encontrado con un Dimitri en vez de Dmitry o un Aleksandr convertido en Alexander…
Para más inri, el apellido de las mujeres rusas siempre termina en a. Vamos, que si el apellido de tu padre es Grinkov, el tuyo sería Grinkova. Algo parecido ocurre con el patronímico, lo que viene a ser un “hijo de…” y que constituye el segundo nombre de una persona. Todos lo tienen, tanto hombres como mujeres. Consiste en el nombre del padre más el sufijo -evich (para chicos) o -evna (para chicas). En otras palabras, si el padre se llama Mijail, el patronímico del hijo sería Mijailevich y el de la hija Mijailevna.
Por ahora dejemos de lado los nombres y pasemos a la documentación en general. Este proceso no debería llevar menos de una semana, aunque la duración evidentemente puede estenderse en el tiempo en función de lo documentada que deba estar una obra. No debemos limitarnos a una sola página, y menos en el caso de las novelas históricas, ya que todo es muy interpretable. Para adquirir perspectiva lo mejor es recurrir a testimonios de personas que hayan vivido esa época histórica. Por ejemplo, la web del Yad Vashem contiene una página muy completa que incluye diversos testimonios y entrevistas de supervivientes de la Shoah.
Al escribir sobre algo muy ajeno a nosotros puede ser difícil ponerse en la piel del personaje, por lo que siempre es de agradecer tener una ayuda extra al contar con el relato de alguien que lo ha vivido en sus propias carnes.
Otro truquito a la hora de documentarse es no cortarse un pelo a la hora de buscar información en el idioma original. En otras palabras, si quiero saber algo más sobre el Holocausto en Hungría, es muy útil utilizar el traductor (la mayor parte de las veces horrible) y sacar algo en limpio.
Recordad también echar un vistazo a las distintas culturas, religiones, estilos de vida… mientras escribimos debemos olvidarnos de que somos ciudadanos occidentales e intentar ver el mundo con los ojos con los que lo haría nuestro personaje. Para evitar caer en malas representaciones o en casos de racismo internalizado es muy valioso recurrir a los sensitivity readers (lectores beta que pertenecen a un grupo marginalizado que representas en tu novela) o, por lo menos, documentarse en páginas de miembros de esa cultura. Por ejemplo, al documentarme para El valle oscuro me resultó valiosísima la información que encontré en el blog This is not Japan, cuyo foco es desmontar falsas representaciones. Blogs similares sobre otras culturas y grupos marginalizados son Goyim gonna goy (sobre el judaísmo), Writing with color (sobre escribir sobre personajes racializados en general), How to disable your text (sobre discapacidades), Rainbow writing (sobre la comunidad LGBT), Big gadje world (sobre la comunidad romaní), We are all mixed up (sobre las personas birraciales) y This is not Korea (sobre Corea).