Sin medias tintas y a lengua completa. Por Charlie Bravo.
Con medias tintas y a media lengua, el inquilino en jefe de los Estados Unidos y jefe del régimen obámico, ha declarado que siente mucho la desaparición física de Laura Pollán. Nada de condenas al castrismo por un asesinato político extrajudicial, no vaya a ser que la progrería pijo-progre-churrienta se de al desmadre y se le forme un desorden. No faltaría más, viniendo del mismo "presidente" que de golpe, porrazo, y ladino plumazo, borra de la lista de las dictaduras al régimen castrista durante su última (y anestésica intervención) en las Naciones Unidas. Pues sí, recuerden cómo eliminó a Castro de la lista de los dictadores, y también de paso santificó al hermanísimo por omisión, dejando la lista de las dictaduras mundiales imperdonablemente coja. Para el presidente norteamericano, de palabra incompleta como él solo, la dictadura más larga y feroz es la libia, no la cubana. Y claro, por eso lamenta a medias tintas y a media lengua que Laura Pollán haya "muerto" así de este modo, que suena tan natural y sin asistencia de la mano castrista.
Hillary Clinton va aún mas lejos. Callada se ha quedado, y uno esperaba algo más de la jefa de la diplomacia americana. No dice nada. Pero dió el premio de la Mujer Coraje a Yoani Sánchez y no a las Damas de Blanco, y menos a Laura Pollán, que la difunta no escribía un blog ni aparece en el Huffington Post. Y ahora que menciono esto, si tuviera coraje la Sánchez entregaría su premio sin vacilar a las Damas de Blanco, pero el ego desmedido y el coraje no conviven generalmente en la misma persona. Sin embargo, sí se atreve a proponer sustititución en el mando dentro del seno de las Damas de Blanco ni que ella perteneciera a esa organización, junto a ella, en la propuesta se auto-incluye nada mas y nada menos que el Coronel Fariñas, otro premio Sajarov -y yo que pensé que con lo del Guinness bastaba, por lo de las huelgas. Y ese tipo ni es Dama, ni se viste de Blanco, ni tiene porque meterse a dar sugerencia alguna donde no le han llamado. Todo mientras Laura Pollán aún estaba tibia e insepulta. Es que no conocen la decencia, me parece.
Se despierta con este triste hecho la Sánchez, y propone que se "indignen" los cubanos. Claro, esto es una operación de marketing muy bien pensada. No hay nada de festinado en esta arenga.
Por un lado hay que atraer a la pijería-progre-churrienta-guevarosa que tanta mueca hace en el ruedo internacional. Hay que hacerles creer que ellos nos representan, será a la Sánchez, y quizás al coronel, pero no a la mayoría. Pero es que no salgo de mi sorpresa, porque la Santa y el Coronel debían saber que en Cuba hay motivo para indignación de la verdadera desde hace casi cincuenta y tres años. Pero no, a falta de incorformes con todas las comodidades que se declaren antisistema, pues ella va y se para sobre un cadáver aún fresco y aún sin rictus y decide que ha llegado la hora de indignarse, decide por todos, la autoproclamada líder. A los que hemos estado indignados en contra de esa dictadura desde los días de la infancia, pues esto nos complace tanto como un martillazo en la cabeza. Muy reconfortante.
Por otro lado, hay que recurrir a la cursilería más superlativa para dedicarle palabras a Laura Pollán. Cosa que Laura Pollán no hubiera permitido en vida, claro está. Era una mujer de respeto, y a estas alturas, esto de tomar estribillos de canciones destinadas al olvido para dedicarle un artículo rídiculo me suena a matutino pioneril. Que eso queda bien en el ambiente del piso catorce.
Obsceno es el twitterio de las fotos de la difunta, obscena es la arrebatiña por ser los primeros en "reportar". La tradición de la prensa amarilla -con crónicas rosa, roja, y negra incluídas- está viva y marchando a todo trapo en Cuba. Obsceno es también el pasar al primer plano con un estudiado plañiderismo, diseñado para suplantar el dolor del padre, la hija, los amigos, y los correligionarios de Laura Pollán. Es que el afán de protagonismo es obsceno y grotesco. Obsceno es también el usar un movimiento internacional que protesta y destruye -que se manifiestan contra el sistema en España y Estados Unidos sin mencionar ni por equivocación a los respectivos presidentes de gobierno tan apurados en apoyar a los okupas- para confundir.
Quizás le interese ver la destrucción de primera mano -en Roma y Atenas- y ver el mensaje castro-guevarista que tienen muchos de estos indignados antes de proponer una versión nacional.
Hasta hoy -varios días después- ni ella que es una advenediza que pasó años diciendo que no era ni disidente ni opositora, ni su esposo el que gritó paredón -que esto sí que es como para indignarse en su contra- ni el coronel Fariñas, antiguo mercenario al servicio de la dictadura, represor durante el Mariel y aventurero en África se han convertido en okupas de una plaza en Cuba. Claro que trataron de empujar a otros. En el mundo del marketing político esto es lo que cuenta. Y es lo que da para titulares en el New York Times y en espacio online del Huff Post, y lo que atrae a los jerifaltes de El Mundo y El País. Es el serlo y no parecerlo, el parecerlo y no serlo, las medias tintas, y las medias lenguas. O las malas lenguas, o las lenguas de los delatores, ya no lo sé.
Charlie Bravo.
(Amabilidad del autor).
Filed under: Política Tagged: Cuba, Damas de blanco, Guillermo Fariñas, Huffington Post, Ladies in White, Laura Pollán, New York Times, Yoani Sánchez







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