Una noche de ópera. Por Emma Zinsky.

No me quedó más remedio que comprármelo. Aunque era azul (que no es un color que me guste) la seda podías sentirla sólo de mirarla. Agarré el perchero y lo pagué. Esta DIANE von FÜRSTENBERG es peligrosa, no me deja ahorrar.


Entonces como la seda era china  y yo soy cubana-judia y difícil, escogí para estrenarlo una ópera china porque  como a  Puccini, me chifla el Oriente.


TURANDOT es una ópera sobre la corte de Peking: Una princesa casadera le ha cogido el gusto a degollar a cuantos la pretenden. Todo esto porque a una abuela suya unos bárbaros sometieron a la fuerza. ¿Y qué sabe TURANDOT -reflexionaba yo mientras la orquesta afinaba- si a la abuela hasta le gustó la barbarie? Pero como es un cuento chino a la princesa se le mueve el tablero cuando aparece  Calàf y en un pis-pas le adivina los tres enigmas  (esperanza, sangre y turandot en ese orden) y encima le da un chance y le pone uno a ella. Adivinar su nombre antes que amanezca.  Y como el tumbe de la abuela no le vale ordena cortar cabezas ( a Ping, Pang y Pong , sus ministros),  que es en verdad, lo que le gusta. Una tal Liù se inmola por amor. Bromas aparte, nadie canta ese papel como la Caballé.


Hasta aquí, escribió Puccini. Vino la muerte y se lo llevó. El final se lo dio un discipulo  llamado Franco Alfano. Estudiando las otras óperas del compositor y a pesar del verismo, no creo que hubiera escogido Puccini ese cierre pero… él lo conoció, fue su alumno y yo estoy muy lejana en cronología  y geografía.


En fin, lo que intento decir es que alguien puede ser tu alumno y no saber nada de tí.


No me imagino a la TURANDOT proclamando que el nombre es amor. Si alguien no es capaz de vivir su propia historia y se aferra a una venganza como motivo de vida es una estrecha pero ya sabemos que la gente de principios del siglo XX no era muy exigente, comían lo que tocaba. Ahora es que somos más complicados y aburridos, pero me estoy poniendo sicológica y eso si que no.


No obstante, el NESSUN DORMA cantado por Pavarrotti es una de las canciones de amor más hermosas que conozco, escuchándola me pongo a un tiempo guerrera y melancolica.


Amo el secretismo de los chinos, su rojo esplendor.  Su paciencia, ésa que los ha conducido a vencer. Como a Calaf, en silencio.


Sali a la noche, después de la ovación final. Llovía, se me mojó mi vestido nuevo. Me dolían los pies de los tacones que insisto en ponerme con mis casi cuarenta años en las costillas, me falta poco. Mordisquée un sandwich en la esquina porque mi nevera es cubana. Puse el vestido a secar y me dormí soñando con mi príncipe, aún por llegar.


Nota de la autora: Todos los conocimientos operísticos  fueron brindados por el pintor cubano Ramón Unzueta, quien también gentilmente pintó esta TURANDOT para mí y a quien ya no le importa la ópera.


Emma Zinsky.


(Amabilidad de la autora).




Filed under: Arte, Cultura, Música Tagged: Ópera, Calaf, Franco Alfano, Giacomo Puccini, NESSUN DORMA, Turandot
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Published on October 10, 2011 03:09
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Zoé Valdés
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