Bachelet-Piñera-Bachelet-Piñera

El pueblo votante volvió a confiar y reelegir a Piñera (aunque solo el 26% del universo total, habiendo sufragado únicamente el 49% del electorado). Ocurrió ya una vez con Bachelet y vimos lo que se nos vino encima. Antes, se frenó a Frei en 2010, y Lagos se desistió en 2009. A Lagos, incluso, previo a las primarias, se le terminó por archivar “por secretaría”, el hecho político quizá más histórico de esta elección, más que volviera a salir Piñera. Con todo, hemos vuelto al relevo por turnos o reflujo (en sentido gastrointestinal), no algo inédito en Chile.


La trayectoria de Arturo Alessandri y Carlos Ibáñez debiera venirnos a la memoria. Historia mancornada la suya, como la de dos bueyes atados cargando con la carreta y paciencia de los chilenos; ni que hubiesen sido mandados a hacer de semejantes: ambos personalistas, dispuestos a jugar a derechas o a izquierdas con tal de hacerse del Estado a toda costa, autoritariamente, por eso el presidencialismo les vino de perilla. Historia empatada, sin embargo, que no le hiciera bien al país: impidió que se renovara la política. A treinta o más años incluso, desde los 20 -y con el “León” ya muerto- seguirían sucediéndose el uno al otro (Jorge Alessandri tomando la posta el 58).


Me perdonarán que insista. El sistema, con sus mayorías forzadas, ahonda en mancornadas como éstas. Si tuviéramos un sistema más parlamentarista, Piñera no habría tenido que darse las volteretas que le habrían permitido ganar; Ossandón contaría con solo un voto, el propio en el Senado, siendo los populismos y triunfalismos de derecha tan dañinos como los de izquierda. Por eso hay que estar al aguaite, atentos a lo que pueda venirnos de nuevo encima. A qué tan empoderado se va a sentir el nuevo inquilino de La Moneda; a qué tan “democratacristiano” va a ser Piñera en esta vuelta (aunque su mundo de origen DC haya sido repudiado por el electorado); o a qué tan dispuesto a anular renovaciones de su sector tenderá (Bachelet, versiones 1 y 2, taponeó esa regeneración, y sabemos qué “legado” dejó Piñera el 2014). Hemos visto en estos días la discusión al interior de la derecha -entre “winners” que creen que disponen de un “mandato claro” y quienes sostienen que hay que ser “humildes”- y es como para tener aprensiones.


Harían bien en Palacio atender otras experiencias de reflujos sucesivos, fallidas a la larga. Alternancias, buenas para la democracia (dicen), pero que en Latinoamérica (en México y Argentina, y en especial en Colombia post 1958 y en Venezuela hasta culminar en la Revolución Bolivariana), han servido para mantener a Capuletos y Montescos en lo único que saben hacer: más de lo mismo. Más aún, si tarde o temprano se intentará romper el empate (¡el FA!). Salidas personalistas, como las nuestras, no son salidas del embrollo.


La entrada Bachelet-Piñera-Bachelet-Piñera aparece primero en La Tercera.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on December 22, 2017 22:05
No comments have been added yet.


Óscar Contardo's Blog

Óscar Contardo
Óscar Contardo isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Óscar Contardo's blog with rss.