La fórmula Érase una vez se emplea en nuestro idioma para empezar los cuentos infantiles, por ejemplo: (1) Érase una vez un hombre más bueno que el pan. Era tan bueno que veréis lo que le pasó [José María Guelbenzu (ed.): Cuentos populares españoles]. Es una fórmula fosilizada. La tercera persona del imperfecto de indicativo se combina