07/ 09: BATMAN: THE DARK KNIGHT RETURNS

Ah, los clásicos ochentosos! Esos sí que se la bancan leídos 25 años después… Será porque fueron los que re-engacharon a mi generación con el comic yanki, después de largos años en los que la inmensa mayoría de la producción de ese país atrasaba siglos y daba lástima al lado de lo que aparecía en Argentina y Europa… No sé por qué, pero esos años mágicos, del ´85 al ´89, están plagados de material alucinante, que en aquella época parecía casi adelantado a su tiempo y que hoy tiene chapa de clásico muy, pero muy bien ganada.
En el contexto de 1986, el DKR (asi lo llamaremos de acá en más) parece una obra alienígena, bajada de un plato volador. El guión, el dibujo, el color, la narrativa, el tono, hasta el formato en que se editó eran totalmente inusuales. Y sin embargo, se aferra a la mitología clásica de Batman casi con fervor: está el crimen de los Wayne a la salida del cine, están Gordon, Alfred, Robin, la baticueva, el batimóvil, el Joker, Catwoman, Two-Face, Superman, Green Arrow… Con el chamuyo de "esto está fuera de continuidad y ningún autor tiene por qué hacerse cargo de nada de lo que sucede acá", Frank Miller bien pudo irse al recontra-carajo, y pelar SU Batman, un Batman del futuro, del pasado, samurai, cyborg, mutante, sadomasoquista o hincha de Excursionistas. Pero no: su único salto al vacío es la ambientación. Estamos en 1986 y hace 10 años que Batman no aparece por Gotham (casualmente hacía 10 años que los comics Batman no vendían decentemente). Fuera de la lógica progresión de los personajes, más viejos y con 10 años más de historia a cuestas, esto podría encajar sin mayores inconvenientes en el DCU posta. Y casi lo hace, pero ese es otro tema…
El primer tramo es PERFECTO. Si el DKR fueran sólo esas primeras 48 páginas, también tendría infinita chapa. El segundo tramo abre puntas: Robin, Superman, el Joker… todas cosas que responden a lo que los fans querían ver. Y termina con esa lucha monumental contra el líder de los Mutantes, donde Batman muestra su lado más dark. De ahí en más, el ritmo no decae, pero se notan un poquito más los hilos de la marioneta: Miller fuerza un poco el enfrentamiento final con el Joker y la machaca contra Superman, esta última bastante innecesaria, con un regusto bastante artificial en relación a cómo venía la historia.
Los logros más increíbles están –me parece- en el tono elegido por el autor, en la forma de enfocar no sólo al héroe sino también al mito, y en la incorporación de la tele como elemento fundamental en la narrativa, cosa que hasta ese entonces sólo hacía Howard Chaykin y a partir del DKR la hará cualquier verdulero. Hay grandes diálogos, que casi siempre involucran a Alfred (¿dónde guardaste los buenos diálogos, Frank, que no usás ninguno desde That Yellow Bastard?), muchas páginas de 16 viñetas, trucos del manga y del comic europeo que en 1986 no veías ni drogado en un comic yanki, bajada de línea política contra la escalada de la Guerra Fría (el superclásico de los ´80 entre los EEUU y la ex-URSS) y una amalgama perfecta entre el lápiz de Miller, las tintas de Klaus Janson y los colores de Lynn Varley. Todo contribuye a un dar forma y sustancia a un comic potente, ambicioso, claramente superior y -sobre todo- superador.
Y así como en el primer tramo Bruce pierde la pulseada contra Batman y se ve compelido a volver a las noches de machaca justiciera, muchos volvimos a leer a Batman gracias a esta obra. Una obra revolucionaria, que en menos de 200 páginas marcó la consagración definitiva de un Miller que llevaba seis o siete años prendido fuego en Marvel, y que abrió las puertas del grim ´n gritty, del comic de autor metido en una editorial grossa del mainstream, de las historias crepusculares para los héroes clásicos, de lo que más adelante serían los Elseworlds y de la reformulación de Batman en las series regulares, que el propio Miller lanzaría con su majestuoso Year One. Por pudor, por piedad, por copado que soy, me abstengo de enchastrar esta oda al DKR con menciones a la secuela de 2001, a Spawn/ Batman y a All-Star Batman & Robin, tres intentos de Miller por colgarse de las tetas de esta saga, a los que conviene olvidar pronto.
Published on September 07, 2011 17:59
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