Mis mejores lecturas del 2016




Este año he leído mucho. Mucho de verdad (para mí), tal y como dije en esta entrada . Hacía muchos años que no leía así y me ha servido para redescubrir que me encanta, que es algo que casi había olvidado un poquito. Cuando tienes muchas cosas que hacer y el tiempo libre es limitado, resulta que acabas eligiendo; yo al menos lo hice y prioricé escribir a leer, aunque no parezca acertado. Sin embargo, en mi camino para mejorar me propuse retomar la lectura, un poquito cada día, y aquí estamos.

No todo lo que he leído este año es buenísimo ni todo me ha gustado, pero sí que he encontrado ideas muy muy buenas en algunas de mis lecturas y otras, aunque menos buenas, que me han hecho pasar un buen rato.




Igualmente, he decidido traer mi lista de mejores lecturas de este año, aunque solo sea para rescatarlas de todo ese barullo que tengo en GR que quizá no está tan claro. Y porque resaltar cosas buenas de novelas es un ejercicio que cada vez encuentro más necesario. Eso sí, la lista no está enumerada de mejor a peor; es solo para no perderme:



1. Los demás seguimos aquí, de Patrick Ness. 
Los demás seguimos aquí es la historia de los que tienen que hacerle frente a una vida normal mientras el resto se dedican a las cosas increíbles. Los personajes son encantadores, aunque lo mejor, más que como entes individuales, es verlos interaccionar entre ellos, cómo es esa relación de amistad que los une a todos. O en el caso de Mikey, cómo lo une con sus hermanas.

Patrick Ness trata los trastornos de ansiedad (TOC, en especial) de una manera estupenda. Y es estupenda porque es sincera, real y cercana; porque no es una mención para hacer al personaje diferente, porque es relevante y porque importa, influye en el personaje. ¡Y lo trata un psiquiatra! Oh, oh, qué miedo. Por si fuera poco, sin caer en el adoctrinamiento o en una conversación moralizante, Patrick Ness presenta una de las mejores charlas paciente-médico sobre los trastornos mentales que he encontrado en la literatura juvenil (o adulta).


2. Trilogía El Vatídico, de Robin Hobb. 
No es hacer trampa porque, aunque si tuviera que elegir un libro elegiría el último, todos ellos son importantes por el desarrollo que tienen los personajes. Y los personajes son el punto fuerte de la trilogía de El Vatídico. Es difícil resistirse a la evolución que experimenta Traspié, en ese camino del héroe que te hace preguntarte cómo puede ser tan estúpido, y cómo interacciona con personajes tan estupendos como Burrich o Veraz.

Además, la magia creada por Robin Hobb es un punto muy interesante a tener en cuenta: personal y salvaje, impregna la historia a cada paso y tiene varios detalles que me siguen pareciendo magníficos, como los forjados o los Vetulus.


3. Las carreras de Escorpio, de Maggie Stiefvater.
Se ha convertido en una de mis lecturas favoritas en general. Así como Stiefvater no me convenció con sus cuervos tanto como a otros, esta novela me hizo dar palmas por la forma en que está metida la fantasía en cada línea. El tono en que se muestra la ambientación, cómo cada elemento fantástico forma parte de una realidad es, sin duda, una pa-sa-da.

Por si no he sido convincente, tanto me ha gustado esa ambientación, la forma cuidada en que presenta a los personajes (y a sus caballos) o cómo desarrolla esa pequeña trama, que no queda deslucida por el peso de lo anterior sino que brilla más todavía, que hizo que se convirtiera en mi recomendación navideña en La nave invisible .



4. Bella Muerte, de Kelly Sue DeConnick (ilustra: Emma Ríos).
No soy amiga de las novelas gráficas, supongo que más por desconocimiento que porque no me gusten, y este es mi amago de intentar acercarme a ellas. Dudo que pudiera haber sido mejor, ya que hay pocas historias que sean capaces de darme un golpe en la cabeza, hacer que mi cerebro explote y que me encuentre alucinando en mi sofá por la emoción y la inspiración.

La historia de Bella Muerte es original, bien hilada y cuidada, con ideas que me parecen brillantes muy bien ejecutadas y con personajes que me parecen muy interesantes. Por si fuera poco, la ilustración de Emma Ríos se adapta tan bien a la historia que está contando que no tengo nada malo que decir.


5. Cuchillo de agua, de Paolo Bacigalupi.
Estoy enamorada de la ambientación de Cuchillo de agua, no tanto por su Gran Originalidad, si no por la manera en que el autor plantea su mundo, te introduce. Me creo cada uno de los sucesos de Cuchillo de agua: que los humanos seamos así de miserables, que lo que importa es la supervivencia; me creo a los Merry Perry y a los calis, a los coyotes y a los cuchillos de agua.

Además, los personajes están tan bien perfilados y muestran bien las caras de ese mundo (las caras más miserables de ese mundo, quizá). Acabé la novela con la sensación de que había leído algo muy grande y, aunque el efecto ha desaparecido un poco porque hay detalles que en frío me gustan menos, me sigue pareciendo de mis mejores lecturas de este año sin dudarlo.


6. Finnick de la Roca Froi del Exilio, de Melina Marchetta.
Las crónicas de Lumatere me parece un acierto en cuanto a "trama sencilla bien ejecutada". No deja de ser una historia de rescate de un pueblo, que tanto aparece en la fantasía, pero tiene elementos sueltos que la hacen brillar de manera propia. Por si eso no fuera suficiente, los personajes son de esos que coges cariño a los dos páginas, por lo bien caracterizados que están y lo bien que se mueven acorde con su personalidad.

Si alguien quiere, a mayores, averiguar por qué hablo de esos personajes bien caracterizados o elementos que la hacen brillar, puede leer este artículo en La nave invisible, porque hay maneras y maneras de usar la fantasía contra la realidad y Melina Marchetta eligió una muy buena para estos libros.


7. Feed, de Mira Grant. 
Feed tiene una de las mejores ambientaciones que he leído y no solo en cuanto al tema de pandemias, que es una pasada, si no en general. Cada construcción está acorde con el tiempo en que viven, cada comportamiento de los personajes o cada estructura social. Cómo se someten a las limpiezas, los medios de comunicación, las casas, los trabajos, las ciudades grandes vs las pequeñas... Y luego está el virus, las enfermedades latentes que crea, la posibilidad de replicación viral; tiene alguna laguna justificada con "los científicos no lo saben" pero, bueno, es que los científicos no tienen por qué saberlo todo y me lo creo.

Además, resulta que los personajes me gustan, que tiene un narrador en primera al que no he querido matar ni por un segundo, con una voz personal y al que se le coge muchísimo cariño. ¡Y una trama de espionaje/corrupción!



8. Canciones de amor a quemarropa, de Nickolas Butler. 
Es una de mis elecciones en esta lista que más dudas tengo. No sobresale de la misma forma que las otras, en las que puedo resaltar cada punto por lo que me gustó. Esta novela es una especie de todo, lo que transmite y lo que me gusta leer de forma subjetiva: amigos que han crecido y se reecuentran, amigos que ya no son amigos pero que siguen estando ahí. Cómo cambian las personas y las vidas, cómo se adaptan al paso del tiempo.

Canciones de amor a quemarropa me parece una novela sobre el paso de la vida y las amistades que está muy bien contada, con ese ambiente estadounidense que queda lejos pero que parece haber pasado en el pueblo de al lado, porque hay sentimientos que son universales. Nickolas Butler sabe escribir lo que está escribiendo, sin duda.


9. Yo antes de ti, de Jojo Moyes.
Mi relación con la novela romántica es un poco de puntillas y sin hacer ruido, pero con esta novela, Jojo Moyes me conquistó. Puede que peque de simpleza a veces, en el tema de los lesionados medulares, pero no es el objetivo de la novela ser una enciclopedia y lo que cuenta, lo cuenta bien. Además, consigue crear un drama de una manera elegante, natural y sencilla.

Su adaptación al cine me parece muy loable, porque transmitir lo mismo que una novela nunca es fácil, pero si alguien prefiere atreverse con el cine en vez de con el libro, no es una mala adaptación en absoluto.


10. Silber: el primer libro de los sueños, de Kerstin Gier. 
Uno de esos libros que hay que leer con el objetivo de pasárselo bien. Lo comenté ya en otra entrada, porque fue una de mis lecturas de #LeoAutorasOct, pero no hay problema en repetirlo: es una demostración de que se puede hacer una narración en primera, de una chica de corte juvenil fantástica, sin caer en los tópicos de siempre, que sea amena y divertida. Aunque el resto de los libros de la trilogía no me parezcan igual de buenos que el primero, merece la pena para echar una tarde.


***
[image error] La foto pertenece a @Mikeandrius


Por si he convencido a alguien para leer uno de estos libros, quiero seguir tentando a la suerte y recordar que desde el blog Palabra de Gatsby se está organizando la lectura conjunta de mi novela, Las cenizas que quedan , y que se puede comentar por el mundo adelante con #LCCenizas. Si alguien tiene curiosidad, puede leer en su ficha de GR lo que dicen de ella, que a lo mejor a alguien le interesa como regalo de navidad guiño guiño se ha agotado en papel la primera edición pero hay disponible en ebook codazo codazo.






¡Y eso es todo en cuanto a lecturas este año! Espero mantener un buen ritmo para el siguiente, que los redescubrimientos siempre son muy buenos. Por el momento tengo en la lista, La mirada extraña de Felicidad Martínez, Fangirl (y Moriré besando a Simon Snow) de Rainboll Rowell o Los Apátridas de Ester Pablos. ¿Alguien da más? ¿Alguna recomendación para el año nuevo?
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on December 23, 2016 01:30
No comments have been added yet.