El derecho a no terminar un libro

Yo antes cometía ese error: leer hasta acabar todas y cada una de las novelas que empezaba, independientemente de que me gustaran o no, y creo que esa decisión frenaba mi amor por la lectura, pues al final se convertía en casi una obligación.
En esos casos, contaba las páginas que me quedaban para llegar al final, en vez de sumergirme en la historia. Eso no es leer con gusto, además consigue frenarte a empezar novelas nuevas que puedan gustarte de verdad, pues estás estancado con ese tostón. Hay mucho por leer, y no quiero perder la oportunidad de disfrutar con libros que me fascinen por terminar ladrillos que no me aportan nada.
Seguro que tú también has pasado por eso alguna vez, entiendo que el compromiso con la lectura te haga querer continuar, o quizás porque alguien te lo ha regalado, o porque quieres darle una oportunidad a ese autor. A veces incluso nos da miedo abandonar un libro por temor a sentir que somos de esas personas que dejan las cosas a medias, pero no hay nada más desagradable que continuar un libro que no te está gustando… Es como tener que entrar en la casa del terror cuando no soportas que te asusten (no es mi caso).
¡Y ese es el gran problema! Nos han enseñado, o hemos aprendido, todo es cuestión de perspectiva, a tomarnos la lectura como algo obligatorio. Así pasaba en el colegio al menos: te obligaban a leer una serie de libros para aprobar ciertas asignaturas, y es ahí cuando algunos entendimos la lectura como un deber, en vez de como un placer, pues muchos de esos libros aún no los entendía y me aburrían profundamente o, simplemente, no los leía por llevar la contraria. Eran deberes y a casi nadie le gustan los deberes.
Es cierto que, como con la comida, hay que probar de todo, ya que solo así sabrás qué te gusta y qué no. Pero cuando ya has probado una esquinita de ese queso azul con olor a pies y has descubierto que efectivamente no te gusta, ¿qué necesidad hay de zamparte todo el trozo? (este sí es mi caso), ¡acabarás vomitando!
Por eso opino que la posibilidad de no terminar un libro te hará libre, dispuesto a disfrutar de la lectura. Y así lo explica la revista Forbes: “la única manera de vivir una existencia intelectual exitosa es cuestionarnos si queremos seguir leyendo el libro actual o lo queremos dejar. Cuando el libro se convierte en una obligación más que en un medio para enriquecer la cosmovisión, no hay que terminarlo.”

Teniendo en cuenta que lo que a ti te parece “malo”, puede que para otro sea una delicia. El arte es 100% subjetivo.
Te pongo un ejemplo, hace poco intenté leer"El viaje del elefante"

de José Saramago, un libro con una crítica maravillosa que viene de la mano de un gran escritor. Pues no hubo manera… Tenía muchas ganas de leerlo porque me lo había recomendado mi madre, pero no fui capaz de leer más de diez páginas. Supongo que no era el momento de leer ese libro, así que más adelante volveré a probar, porque algunos libros, como algunas personas y como algunas comidas, merecen una segunda oportunidad.
Y como ese ejemplo hay muchos más, de hecho, las principales razones por las que se tira la toalla, según la encuesta de Goodreads, son: “que la obra sea lenta” (46,4%), “lo mal escrita que está” (19%), “la falta de argumento” (8,5%) o “su extrema estupidez” (9%).
El objetivo entonces, es encontrar libros afines a nosotros: porque si no te gusta la comida china no vas a ir a un restaurante chino a cenar, ¿verdad? Pues con los libros igual.
Sé honesto y elige aquello que te guste, no pretendas parecer un erudito o hacerte el interesante ante ese grupo de amigos (a estas alturas de la vida, no hay necesidad de hacerse el guay jijiji).
Elige por y para ti.

Lo importante es leer lo que realmente te apetece, ante ti tienes una inmensa variedad donde elegir, siempre vas a encontrar algo que te satisfaga: porque aprendas con ese libro, porque disfrutes con él, porque rías o llores, porque te sientas identificado con algún personaje, porque la trama te enganche hasta el final, porque te haga viajar, porque te invite a soñar...
Conclusión, que veo que me empiezo a enrollar y más vale cortar por lo sano: elige bien, aquello que presumas que te va a gustar. Pero si no aciertas con ese libro, no cometas el error de leerlo a disgusto, déjalo aparcado y empieza con otro. Vinimos a este mundo para ser felices y para disfrutar del arte, no para sacrificarnos en vano.
Y ahora, cuéntame: ¿qué libros has dejado a medias? Comenta abajo, me encanta conocer vuestra opinión. Y ya sabes, no dudes en compartir con aquellos a quienes pueda interesar. ¡Vivamos el arte!
Feliz día,
Alziur.


