Aún hoy, 17 años después, los gritos de dolor y la angustia silenciosa siguen lastimando el alma de toda persona de bien que habite este mundo.
Abrazo, conmovido y con un respeto silente a todos aquéllos que no bajan sus brazos y siguen su lucha en busca de la verdad. A los que cada día añoran una sonrisa, una voz, una caricia que la locura homicida les robó para siempre. También a los que trabajan a su lado en post de la justicia y a todos los que sabemos que, si queremos sentirnos orgullosos de vivir en nuestro país, jamás debemos tender nuestra mano a aquéllos que pactan con la muerte y el silencio.
Lic. Gabriel Rolón
Published on July 18, 2011 07:20