Con una sensación de profunda tristeza y verguenza, abrazo a los internos del Borda que seguirán pasando frío, a los empleados del Colón, a los alumnos de la educación pública y a todos aquéllos que han visto frustrada la posibilidad de un destino diferente. Sobre todo a aquéllos que, como los internos, no han podido defenderse con el voto, les pido perdón por la insensibilidad de esta ciudad que, una vez más, fue coherente con su historia.
Al menos nos queda la obligación de hacernos cargo. Ése es el lado bueno de la democracia. Somos responsables de lo que nos espera.
Gabriel Rolón
Published on July 11, 2011 05:42