El respeto a las metas ajenas es la paz…
¡Ay cómo nos encanta andar de metiches con las metas ajenas y calificando si son válidas o no! Hace unos días publicamos como lector de la semana el caso de un chico que había cumplido una de sus metas: comprar un auto nuevo de contado.
El caso estaba increíble porque es un chavo con pasión por el teatro que a sus veinti-algunos años ya ahorra para el retiro y se ganó el libro agenda 2016 en el concurso de Beek, la red social para lectores, en la FIL MTY.
El caso es que su logro sucitó toda clase de comentarios: desde los que lo felicitaban, hasta los escépticos que no creían que fuera un caso real o que hubiera comprado el coche de contado, los que la envidia se les notaba a leguas y los que decían que un coche nuevo era una “pésima inversión”.
Esos últimos para mí sí fueron como de ¡toooooing! Por dos razones:
1) El objetivo no era una inversión. Un coche en general es un gasto (excepto si es para un negocio, un uso productivo o si es un auto antiguo para reparar y vender que pueda subir de valor)
2) Esa era la meta del chavo y su esfuerzo y logro era aplaudible, independientemente de si era una de nuestras metas o no.
Siempre he creído que el respeto a las metas ajenas es la paz porque lo que para ti es prioridad para otro puede ser una tontería y viceversa.
¿Qué tendría que cumplir una meta para ser “válida”?
Que sea auténticamente tuya y no para apantallar o quedar bien con otros
Que te alcance
Que no comprometa responsabilidades previas
Que no obstaculice metas más importantes
A ti y a mí nos pueden interesar cosas distintas y no por eso mis metas son mejores que las tuyas. A mí me gusta mucho viajar y en eso se va parte de mi dinero. Muchos dirán que es una “inversión en experiencia” pero otros más caseros dirán que es una tiradera de dinero. El punto no es lo que otros crean, el punto es que a ti te importa y que tus finanzas den para lograrlo.
Por eso el dicho debería cambiarse a “el respeto a las metas ajenas es la paz”.
Lo más curioso del tema es que mucha gente pasa más tiempo criticando las metas o hábitos financieros de otros, sin ponerse a trabajar en los propios. Siempre es más fácil criticas, que hacer (por eso hay más críticos que actores, directores, escritores, emprendedores…). Si has pecado de eso ¡ponte a chambear! Y deja que los otros trabajen por los objetivos que más les interesen.
Ok ¿Pero cómo logro mi meta independientemente de qué sea?
Como lo hemos platicado hasta el cansancio no es lo mismo meta que sueño guajiro. Si quieres lograrla es muy importante cómo la planteas:
También es importante que no la estés boicoteando teniendo metas simultáneas pero contradictorias y una buena estrategia es también hacer listas (en este post puedes ver algunos consejos de cómo hacer listas efectivas para metas).
Espero que este post les ayude a definir si las metas que están persiguiendo son realmente significativas para ustedes, acordes a cómo están manejando sus finanzas ¡y que manden a volar a los que les quieren imponer las suyas! La vida es muy corta como para estar gastando el tiempo y energías en metas ajenas y no cumplir las propias.
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