B&H Kids Editorial Staff
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“Pedro negó a Jesús. ¿Qué lo mantuvo en el ministerio? Su llamado. Dios no llama al equipado, Él equipa al llamado. El llamado es lo más importante.”
― La iglesia que discipula
― La iglesia que discipula
“Cuando El Señor nos busca y entramos en una relación con Él tenemos la misma reacción que tuvo el apóstol Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!» (Juan 20:28). Tomás, al igual que todos nosotros, tuvo una relación con Cristo en términos humanos, sin embargo, ahora la relación ha cambiado a una como Dios y Salvador, nuestro protector, ¡nuestro todo! En un mundo caído, el único refugio seguro es en un Dios Todopoderoso que es capaz de orquestar todo para nuestro bien (Rom. 8:28). ¿Qué cambió? «Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así. Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!» (2 Cor. 5:16-17). Dios se convierte en nuestro abrigo y sombra (v. 1) cuando confiamos en Él; mientras sentimos el frío de la soledad, la falta de amistades porque la gente no piensa igual que nosotros o enfermedades que nos aíslan, nuestro Dios con Su amor inagotable está con nosotros y es nuestro abrigo. Cuando sentimos el calor de la enemistad, las situaciones difíciles, las enfermedades graves, Él es quien nos consuela y nos tranquiliza, trayéndonos aire fresco para manejar la situación con sabiduría. Nuestra confianza en Dios es fundamentada en quien Él es, un Dios fiel. Reconocemos que nada se escapa de un Dios omnisciente, omnipresente y todopoderoso. Todo lo que nos ocurre es orquestado y controlado por Él y entonces Él es el único que puede ser nuestra fortaleza y refugio. ¡Confiamos en que lo que Él hizo en el pasado, lo hará hoy y hasta la eternidad! Es importante entender que Él es nuestro Señor y nuestro Dios; cuando lo hacemos, es nuestro abrigo y sombra. Esto es para aquellos que viven con Él en una relación cercana y para aquellos que confían en Él. Esto implica que lo busquemos a través de estudiar y meditar Su Palabra, así como por medio de la oración. Todos los creyentes buscan las misericordias de Dios, pero no todos habitan en el santísimo. Para tener esta relación se requiere acción de nuestra parte, y el salmista nos anima a buscarlo para tener la confianza de vivir y habitar en Su presencia. «Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre» (Mat. 7:7-8).”
― Un año en los Salmos: 365 devocionales para animar tu vida
― Un año en los Salmos: 365 devocionales para animar tu vida
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