Mimmi Kass's Blog, page 7

May 5, 2017

ORA2: ¿El sexo oral en la masturbación existe?


El ORA2 es el invitado de la copa de este mes, y planta cara a esta pregunta: el sexo oral, ¿puede llegar a ser masturbación? Mayo es el mes onanista por excelencia, y siempre recuerdo la escena de mi novela Radiografía del deseo donde Inés, la protagonista, disfruta en una deliciosa escena de amor propio. Si no la has leído, te la dejo aquí.


Respecto a mi pregunta inicial sobre el sexo oral, no es que vaya a hacer un post sobre contorsionismo ni nada parecido, no. Voy a hablar del único juguete erótico que se acerca a los procelosos mundos del cunninlingus, y sale bien parado. El ORA™2


Debo decir que cuando lo recibí, tenía mis reservas, ya que su antecesor no había llenado mis expectativas, pero esta versión 2.0 tiene mejoras. Y qué mejoras.


Unboxing

Abrir un juguete de LELO es una experiencia en sí misma. En este caso, han aprovechado la belleza del ORA™2 para sacarle partido, y ya en la caja llama la atención. EL contraste del color azul Klein con el negro es precioso. Por dentro, la bolsita de satén que es marca de fábrica, perfecta para su conservación, el cargador, la garantía y una pequeña muestra del lubricante del que ya te hablé en esta entrada.


Este juguete es precioso. Estéticamente hablando, es una obra de arte. Entra por el ojo nada más verlo. No me extraña que se haya llevado no sé cuántos premios de diseño y estilo. Y qué importante es rodearse de cosas bonitas y no agresivas. Como veis, cabe en la palma de la mano. Tiene un agujero en el centro que facilita su agarre, cosa que agradecerás cuando estés en faena y quieras dirigirlo exactamente donde tú quieras. El tacto aterciopelado de su silicona, que no he visto en ninguna otra marca, y líneas puras y limpias. Nada que ver con otros simuladores de sexo oral, que son reproducciones anatómicas de lenguas en plástico que a mí no me gustan.


En este caso, lo que simula la lengua es una elevación esférica, como una canica, que se mueve en la zona aplanada del vibrador. Aquí es donde está la diferencia fundamental con su hermano pequeño, al ser de un tamaño mayor, yo diría que el doble, la superficie que recorre la canica es mucho más grande, y la bolita en sí, también. He intentado hacer una foto decente, pero mejor os dejo este vídeo. Lo ilustra mucho mejor


https://youtu.be/gnfYcUFin8k


 


Instrucciones del ORA2

Los juguetes de la línea Insignia tienen unos comandos muy intuitivos y que no rompen con el diseño del juguete, el botón central , el de más y el de menos. El botón enciende el ORA2 y aumenta la intensidad de la vibración. Con navegamos por los diez patrones de acción, que combinan el movimiento lingual aislado, la vibración aislada, y ambas sensaciones a la vez. Con el disminuimos la intensidad hasta apagarlo


Una particularidad del ORA™2 es que cuenta con la tecnología SenseTouch™. Consiste en que, a mayor presión sobre tu cuerpo, mayor intensidad te entrega el aparato. Esto significa que cuando te apetezca un estímulo mayor no necesitas apretar el comando , con solo presionarlo contra tu piel, la vibración aumentará. Si aflojas, disminuye. Estos suecos saben lo que hacen. Para entrar en este modo, debes apretar el comando central durante 5 segundos.


Entramos en calor

Antes de ir directamente al dulce, siempre pruebo los juguetes en otras partes de mi cuerpo. Por ejemplo, en la boca. La sensación de la bolita rodando sobre los labios es muy, muy placentera y sutil, y te da una idea de lo que va a ocurrir cuando lleves el vibrador a tu sexo. Habla de muy buenas posibilidades. Otro lugar imprescindible antes de bajar al dulce es en los pezones. Me encanta, porque ofrece una sensación completamente distinta a la vibración. ¿Qué tal atada y que tu pareja te lo dé a probar? Me parece una idea deliciosa. Apoyarlo sobre el glande y provocar a tu hombre también es una excelente opción. Ya sabes, el placer, si compartido, doble placer. O triple. Es cuestión de dejar volar la imaginación.


La vibración te va a llevar rápidamente al orgasmo, claro que sí. Los motores de LELO son los más potentes que he probado en juguetes, pero…vamos a prescindir de ella. Lo mejor es concentrarse en el simulador de sexo oral, en la bolita mágica.


Es mejor no apretar demasiado sobre tu cuerpo, porque la sensación se difumina y pierde la gracia. Desplázalo por tu sexo, recorre tus pliegues, disfruta y concéntrate en el placer. No hay posibilidad de penetración con este juguete, lo que en ciertos casos —por ejemplo si tienes dolor por un vaginismo—es una ventaja. Así que, ¡sin presiones! Retrasa todo lo que puedas la liberación. Para mí, el ORA2 es perfecto para prolongar la fase de meseta dentro del placer sexual. ¿No sabes lo que es esto? Lee este post sobre la muerte del orgasmo, y sácale todo el partido a un juguete de una sutileza sofisticada. Incluso sin tener que sostenerlo con la mano. Por su forma, si lo encierras entre tus muslos, te irá fenomenal.


Si quieres dejarte de sutilezas, pasa a los modos de vibración, y dale al al máximo. Te auguro que no tendrás que esperar mucho.


Para sacarle el máximo partido te recomiendo añadir un lubricante con efecto calor. Mi favorito es el Secret Garden, de Shunga, si quieres un estímulo moderado. O el Thor, de Nuei, si te va más el Rock´n Roll.


Ahora, la pregunta del millón de dólares. ¿Y al compararlo con el sexo oral real? Pues…no va a sustituir a tu boca y lengua favorita. Pero, por otro lado, tampoco tu pareja sustituye tu vibrador favorito. Son sensaciones diferentes y muy bien logradas. Y, sobre todo, el ORA2 ofrece una alternativa innovadora y sugerente a las vibraciones.


Mi reto a la marca, para mejorar el producto…¿Qué tal si la bolita dibujase las letras del abecedario? (truco viejísimo para la practica del sexo oral). Supongo que no es nada sencillo, pero el patrón en círculos, o describiendo una semiluna me supo a poco. ¡Quiero más!


¿Te animas a probarlo? Ya me contarás.



Mil besos,


Mimmi Kass©


 


Radiografía del deseo portada


 


Si todavía no conoces la historia de Inés y Erik, Radiografía del deseo es la primera novela de la serie En cuerpo y alma. Doce mil kilómetros separan sus lugares de origen, su crianza, su idiosincrasia, su manera de ser. Pero el deseo y la atracción se hacen inevitables en este choque de titanes. El sexo lo inundará todo, pero ¿podrá surgir algo más?


El primer capítulo está disponible en este enlace: El retorno.


El segundo capítulo también, en este otro enlace: Residentes.


Si te apetece leer el extracto gratuito que ofrece Amazon, lo tienes aquí también.


 


 


 


 



Diagnóstico del placer ya está disponible en Amazon. Si disfrutaste con la primera entrega, te emocionarás con la continuación. El erotismo y los sentimientos entre Inés y ERik se profundizan, su vocación se tambalea y el sexo adquiere dimensiones nunca antes exploradas. ¿Te atreves a salir de tu zona de confort?


El primer capítulo está disponible para su lectura en este enlace: La cruda realidad.


El segundo capítulo también, en este otro enlace: El procedimiento.


Si te apetece leer el extracto gratuito que ofrece Amazon, lo tienes aquí también.


 


 


 


 


Ardiendo es mi última novela, publicada bajo el sello editorial HQÑ de Harper Collins Ibérica. La mezcla perfecta entre erotismo y suspense, la vida de héroes anónimos hecha novela, ambientada en el peligroso y fascinante mundo del fuego, con los paisajes de Galicia de fondo y una maravillosa historia de amor. En todas las plataformas de Harper Collins Ibérica.


Puedes leer aquí el prólogo.


Y también el primer capítulo: El diablo del fuego.


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Published on May 05, 2017 01:45

May 3, 2017

Novela romántica: encuentro HeartCon I


Acaba de terminar la HeartCon. Este es el quinto encuentro de novela romántica al que acudo en estos dos años de trayectoria escritora. Estoy en el Ave, escribiendo esto mientras me debato entre las ganas de echarme un sueñecito y que no se diluyan las sensaciones. Me apetecía conocer el formato más americano, que mezcla difusión, formación y ocio, y al recibir la propuesta de María Jesús de participar en la mesa sobre “Feminismo, erotismo y romanticismo,  ¿un gazpacho imposible?” no me lo pensé: Málaga, allá vamos.


Aquí os dejo el tríptico de las actividades, como veis, hay charlas y talleres paralelos, lo que es una ventaja…y a la vez un inconveniente, ¡a veces no sabía qué elegir! Nada que un buen streaming no pueda solucionar, de hecho, os dejaré el enlace a algunas de ellas.



HeartCon como lectora

Hablar con escritoras de la calidad literaria, ¡y humana!, de Noelia Amarillo, Noe Casado y Noa Xireau, de las que he leído varias novelas, es un privilegio. El género se mueve en España, queridas, y me encantaría (modo reivindicativo ON) que estos encuentros se llamaran …de Novela Romántica y ERÓTICA, porque el tema pisa fuerte e impregna gran contenido de lo que se habla. Yo siempre barriendo para casa.


También conocer a otras a las que no leo tanto pero que debería, en especial de romántica histórica, porque os aseguro que la charla fue magnífica y el espectáculo y documentación a la que se pudo asistir a través de la sociedad histórica Ante Bellum (espero conseguir el enlace del streaming), fue excelente. Además de tener a sus integrantes alegrando la vista por allí, (no os perdáis la crónica de Noelia, que os lo enseña en vivo y en directo). Y el reencuentro con Violeta Lago, que fue una gozada, porque me río con ella lo que no está escrito.


HeartCon como  joven Padawan

Porque es una de las cosas que más me ha gustado del encuentro: aprender de quien sabe más. El taller de guionización me abrió los ojos ante un panorama que ni siquiera me había planteado, y ofreció trucos y perlas perfectamente adaptables a la escritura. No voy a destripar más, ¡haber venido al encuentro!, pero sí deciros que el booktrailer está de capa caída, y que el trabajo o la inversión que supone no compensa. Eso sí, lo preciosos que quedan no te lo quita nadie. Y si no, echadle un vistazo al de Radiografía del deseo (no apto para escucharlo en el trabajo, quedais avisadas).


El taller de Cómo crear tensión narrativa fue, sencillamente, espectacular. Dicen las lectoras que es uno de mis fuertes en las novelas de En cuerpo y alma, y pude ver reflejado mi estilo de escritura en muchas de las cosas que dijo María Jesús Sánchez, pero también detecté varias cosas en las que tengo que mejorar. No solo eso, también nos aportó bibliografía de teoría de la escritura, cosa que  es imprescindible para seguir con la curva de aprendizaje. Llega un momento en que te estancas, tienes plena consciencia de que has avanzado, pero también de lo muchísimo que te falta por aprender y que no puedes seguir por ti misma y necesitas a alguien que sepa más que tú para poder progresar como escritora. He venido cargada de buenas ideas para seguir estudiando y perfeccionando mi escritura. Always the nerd…you know.


Una de las charlas más interesantes para mí, por el desconocimiento que tengo del mundillo, fue la mesa conjunta de editoriales y libreros: Evolución del mercado romántico en la actualidad. Las visiones de Phoebe, Libros de Seda y Versatil, y las librerías Luces y Agapea frente a temas como la absorción de Ediciones B por Pengüin Random House y cómo trabajan ellas, ayuda a entender un poco porqué hacen lo que hacen y qué es lo que buscan. Aquí os dejo también el vídeo. Como escritora, me aclaró algunas cosas que me eran difíciles de digerir, como el no asumir riesgos con nuevas autoras, la discontinuidad de algunas series y la no traducción de algunas extranjeras.


 


HeartCon como escritora

Aquí es donde las satisfacciones y el disfrute se hace difícil de plasmar en palabras. Conocer lectoras que se han emocionado, se han cabreado  incluso llorado con mis novelas es la gasolina que le da energía a mi motor creativo, a mis ganas de seguir contando historias, a saber que esto ya no es un sueño, es una REALIDAD, con todo lo que ello conlleva. Ellas tuvieron la oportunidad de llevarse los primeros ejemplares en papel de Diagnóstico del placer, que, no es por nada, pero ¡han quedado preciosos! Latidos de lujuria crece y se pule cada día, y estoy trabajando furiosamente para que esté lo antes posible (oposición, máster y vida en general mediante).


Que blogs se interesen por tus historias, que plantes la semilla de nuevas lecturas… En definitiva, tejer redes que sabes que serán positivas, porque se nota esa fuerza, esas ganas de que el género brille con la luz que se merece, sin rencillas tontas ni envidias, trabajo puro y duro.


Poder compartir un poco mi propia experiencia y ofrecer una fórmula que quizá sirva a otras escritoras en la mesa de Nuevas tendencias en edición, en la que, debido a que mi compañera Elizabeth da Silva no pudo acudir por problemas de salud, me vi a traición sentada junto a Rafael Avendaño y la editora de Ojo de Pez, que representa la rebeldía y una soplo de aire fresco ante los grandes holdings editoriales que parece que van a monopolizar el mercado. Ya había hablado de esto en el Congreso de Literatura Romántica de A Coruña, (por cierto, espero veros en julio por allí), y escribí un post sobre mi experiencia como autopublicada que podéis también leer aquí. Real como la vida misma.


Pero donde más disfruté, sin duda alguno, y quienes me conocen del ámbito de la sexología lo saben, es con la mesa de “Feminismo, erotismo y romanticismo, ¿un gazpacho imposible?” Nuria C. Botey, psicóloga social, Noe Casado, escritora y yo, dimos una visión de por qué sí es posible, y qué podemos tener en cuenta a la hora de reflejarlo, intentando no caer en estereotipos, evitar la romantización de la violencia, y dar cabida (de manera DOCUMENTADA) a la sexualidad no convencional, y en general, a una sexualidad positiva. Un lujo de mesa, con intervenciones muy interesantes del público y que tenéis aquí, en este vídeo. Aunque, como comentaba con Teresa Cameselle después, quedaron muchas, muchísimas cosas en el tintero. ¡Y tanto que sí! Es un tema apasionante y podría dar para un congreso por sí solo. Pero este ha sido un maravilloso pistoletazo de salida para remover inquietudes y sacar el tema a la palestra.


Las actividades extracurriculares

No podía llegar hasta Málaga y no ver a Gabriella Campbell. Es una de las personas que más me ha hecho crecer como escritora y tenía que abrazarla y besuquearla. Veréis, ella me hizo informes de lectura y su manera de hundirme en la miseria, digo…de decirme en lo que estaba fallando, me motivó a hacer un alto, frenar mi carrera como pollo sin cabeza, y convertir las novelas (con mucho, muchísimo, titánico trabajo) en lo que veis publicado hoy. Y hablamos de todo…menos de escritura. Un privilegio compartir un ratito con ella en persona y desde aquí os recomiendo su blog, donde encontraréis posts para cualquier cosa que se os ocurra dentro de los dilemas de la escritura.


El taller que iba a dar finalmente se canceló, pero no importa, porque sigo de muy cerca su trabajo, y su libro de 70 trucos para sacar brillo a tu novela se ha transformado en un compañero inseparable para entregar a mi correctora un manuscrito decente. Si hay un libro que un autopublicado tiene que tener, es este. 


Otra de mis actividades fue cenar con Arola Poch. Su blog es un imprescindible para documentación sobre fetichismo y podéis escucharla en la RNE todos los viernes de sobremesa. Como siempre que charlo con ella, me supo a muy, muy poco.


Los descansos y la comida en la misma Escuela Oficial de Idiomas, con una cafetería estupenda, fueron un acierto. Compartir de manera más cercana, en torno a  un café o una Coca Cola, descubrir el torbellino que es Regina Román y que coincidimos en gustos escandinavos (¡vaya sorpresa!), conocer un poquito más de Ana Iturgaiz y quedarme allí hasta, literalmente, echar el candado, hacen que esta HeartCon haya sido un encuentro redondo en todos los aspectos.


Para terminar, solo me falta darle mil… no. Mil millones de gracias a Maria Jesús Sánchez y a Loli Díaz por su esfuerzo, su saber estar y resolver cada inconveniente con solvencia y una sonrisa. El año que viene, más y mejor. No se puede esperar menos después de la experiencia.


Es cierto que las primeras veces no son perfectas, pero esta primera HeartCon se acerca a la perfección, y mucho. Además, las primeras veces nunca se olvidan. ¡Y yo estuve allí!


Hasta el año que viene.


Mimmi.


 


 


Radiografía del deseo portada


 


Si todavía no conoces la historia de Inés y Erik, Radiografía del deseo es la primera novela de la serie En cuerpo y alma. Doce mil kilómetros separan sus lugares de origen, su crianza, su idiosincrasia, su manera de ser. Pero el deseo y la atracción se hacen inevitables en este choque de titanes. El sexo lo inundará todo, pero ¿podrá surgir algo más?


El primer capítulo está disponible en este enlace: El retorno.


El segundo capítulo también, en este otro enlace: Residentes.


Si te apetece leer el extracto gratuito que ofrece Amazon, lo tienes aquí también.


 


 


 


 



Diagnóstico del placer ya está disponible en Amazon. Si disfrutaste con la primera entrega, te emocionarás con la continuación. El erotismo y los sentimientos entre Inés y ERik se profundizan, su vocación se tambalea y el sexo adquiere dimensiones nunca antes exploradas. ¿Te atreves a salir de tu zona de confort?


El primer capítulo está disponible para su lectura en este enlace: La cruda realidad.


El segundo capítulo también, en este otro enlace: El procedimiento.


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Ardiendo es mi última novela, publicada bajo el sello editorial HQÑ de Harper Collins Ibérica. La mezcla perfecta entre erotismo y suspense, la vida de héroes anónimos hecha novela, ambientada en el peligroso y fascinante mundo del fuego, con los paisajes de Galicia de fondo y una maravillosa historia de amor. En todas las plataformas de Harper Collins Ibérica.


Puedes leer aquí el prólogo.


Y también el primer capítulo: El diablo del fuego.


Si te apetece leer el extracto gratuito de Amazon, lo tienes aquí también.


 


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Published on May 03, 2017 15:51

April 23, 2017

El día del libro deberían ser todos los días

Este ha sido mi primer día del libro como escritora, ¡chispas!  


Ya sabéis que me gusta más una fiesta que a un niño un dulce. Cada vez que hay un “Día de…” defiendo a capa y espada a quienes lo celebran. Es más, me suelo unir a ellos, sea el día del spanking o el día del bistec y la mamada (en serio, existe. Es la contra-celebración alemana del día de San Valentín).  


El caso es que en todas y cada una de esas fiestas, en especial las que tienen mayor importancia, no falta el numeroso grupo de gente un poco amargadilla que, con voz petulante y actitud de suficiencia, suelta aquello de que «el día de la madre/el padre/la amistad/el amor/la carabina de Ambrosio deberían ser todos los días».  


Sin embargo, en el día de hoy no he escuchado esa reivindicación ni una sola vez. Ni una. Nada. Nothing. Cero.  


Es, cuanto menos, curioso.


 


Lo bueno

 


He estado en el puesto de la librería Cronopios firmando libros durante una horita en Pontevedra. Me lo he pasado genial, he vuelto a casa con las manos vacías (de mis libros), he tenido la oportunidad de charlar con lectoras a las que no conocía de redes sociales, y he recibido un montón de preguntas de cuándo salen Diagnóstico del deseo (ya lo tienes disponible en Amazon) o Ardiendo en papel, y cuándo público Latidos de lujuria.


No puedo pedir más, ha sido un día redondo…salvo los diez primeros minutos en que no se acercaba nadie, ¡que han sido eternos!


 


He comprobado lo importante que es la portada de un libro para una primera impresión (Carolina Bensler, hemos hecho un buen trabajo), que hay lectoras más allá de las redes sociales, que hay mucha expectación por Latidos de lujuria y que el amodio por el Dr. Erik Thoresen es generalizado.


 


Me ha llamado la atención que un lector se acercara al libro por la portada, le diera la vuelta y quedara enganchado con la sinopsis, y al preguntar de qué editorial era, se quedase muy sorprendido al saber que era autopublicada. Le he explicado resumidamente de qué se trataba, y se llevó marcapáginas para hacerme publicidad, ¡pero no compró la novela! Ha sido divertido.


 


Desde aquí le doy las gracias a Mercedes por cederme un huequecito en el puesto de Cronopios. Junto con Cinania, son mis librerías fetiche de la ciudad.


 


Después he recorrido la feria como lectora, he comprado un libro para cada uno de mis hijos, un regalo, y un par (o cuatro) para mí. El ambiente era magnífico. La plaza de la Herrería en Pontevedra estaba a rebosar, una música alegre acompañaba en todo momento, brillaba el sol…¿qué más se puede pedir?


Estaba tan contenta que he pensado: «ojalá fuera así todos los días».


 


Lo no tan bueno

 


Este pensamiento me ha quedado vueltas en la cabeza, porque hace poco leí un artículo sobre una encuesta del CIS sobre la lectura que decía que uno de cada 3 españoles no había leído ni un solo libro en el último año. La verdad es que los datos dan un poco de miedo.


 


Casi un 40% de los españoles no ha leído ni un solo libro en el último año. Un 28% de 2 a 4 libros, un 9% de 5 a 12 libros y tan solo un 5,5% ha leído más de 13 libros. Tú que me lees probablemente entras en estas dos últimas categorías, pero que sepas que somos unos bichos raros. Y claro, me salta la vena cínica al pensar que qué puedo esperar de un país que lleva con 17 ediciones de Gran Hermano (VIP) o 9 de Mujeres y hombres y viceversa.


 


No. ¡Me niego a pensar que este es el panorama cultural de nuestro país!, pero las cifras no nos engañan. Están ahí para quien quiera consultarlas. Quería echarle la culpa a la piratería, pero es que la mitad de la población tampoco ha pisado un museo, o una biblioteca…y éstas últimas sí son gratuitas.


 


Ir al cine es caro, de acuerdo. Lo sé, porque me encanta ir y suelo comprar entradas para el día del espectador de una semana para otra para no quedarme tiritando, pero los libros no lo son. Y aunque lo sean, son para toda la vida. Tengo mis Papeluchos conmigo, de la gran autora chilena Marcela Paz, desde que tenía 7 años.


 


Cualquier día puede ser el día del libro

 


La industria está de capa caída pese a que todo el país vibre en este día en concreto, de manera que estaría bien celebrar con libros en otras ocasiones: cumpleaños, aniversarios, graduaciones, despedidas…cualquier día puede ser el día del libro. Y sin motivo, mejor que mejor, porque ¿qué hay mejor que el perderte entre las páginas y evadirte con la buena literatura? Como escritora he disfrutado como una enana la firma de ejemplares de Radiografía del deseo en este día del libro, y por supuesto que debe celebrarse por todo lo alto,  pero como lectora me he preguntado qué es lo que falla para que el día 23 de abril todo el mundo se vuelque a la calle aunque solo sea a curiosear…y durante el resto del año cada vez se cierren más librerías.


 


Tenemos las cifras, ahora solo falta hacer ver lo que te aportan las distintas lecturas, fomentar desde todos los frentes de la educación —escolar, familiar, de los pares…—que los libros son valiosos, un bien en sí mismos y por lo que significan. Que se respete el trabajo de los escritores y se apoye su esfuerzo. Que más allá de la fecha señalada, que para mí ha sido maravillosa, no lo puedo negar, el movimiento, la energía y la creatividad que destila de las calles repletas de gente bicheando entre los libros sea, quizá sin tanta efervescencia, cosa de todos los días.


 


Espero que hoy hayas encontrado el libro de tus sueños, o el que te quite el sueño, o en el que vivas un sueño.


No te quedes hasta (demasiado) tarde leyendo, que mañana es lunes.


Mil besos,


Mimmi.


 


 


Para celebrar el día del libro, queda inaugurado desde hoy un pequeño rincón del blog donde podréis obtener mis novelas a un precio estupendo. Te invito a que te des una vuelta. Por ahora solo está Radiografía del deseo en formato PDF, pero pronto subiré otros archivos y tendréis material no disponible en ninguna otra plataforma.


 


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Published on April 23, 2017 14:30

March 23, 2017

Escribir es mi trabajo, mil gracias por tu apoyo

Escribir es mi trabajo, sí. Voy a orientar este post de la manera más positiva posible, aunque me lleven los demonios. Sé que tú que me lees, comentas y compartes mis publicaciones, compras mis novelas y te emocionas con ellas, estarás pensando que me he vuelto loca. ¡Pues claro que es tu trabajo! ¿A qué viene esto?


La parte del agradecimiento es tuya. Y tanto que sí. Eres el motor que me empuja a no dejar mis escritos en el cajón o en una carpeta oculta en mi portátil. Por ti, es por lo que hace casi dos años, he salido del armario como escritora. ¿Te lo he dicho ya? No importa. MIL GRACIAS.


Pero hay personas, muchas, que no lo tienen nada claro. Hablo de la piratería. Te suena, ¿verdad?


Lo bueno, o malo, de interactuar en la red con otros lectores y escritores, es que te enteras de todo. Incluso yo, que vivo en la inopia. Siempre hay alguna rencilla, debates entretenidos, noticias interesantes sobre encuentros o algún recurso que te permite aprender. Otras veces, no es tan divertido.


Hace unos días saltó la alarma de que un blog de muchísimo tráfico compartía un montón de contenido pirateado. No voy a dar el nombre de la página ni del autor por razones obvias, pero mi extrañeza se transformó en cabreo al saber que, además, se lucraba con ello. Cada vez que una persona le da clic al enlace de contenido pirata, él recibe dinero.


Es decir: el autor se aprovecha del contenido pirateado (y por lo tanto, gratuito) de sus compañeros, y encima le pagan por ello.


Parece de broma, pero no lo es. Es por esto que varios escritores hemos decidido reivindicar el trabajo que hacemos. No solo es esfuerzo creativo, que es mucho, creedme. Es pagar a un corrector profesional, a un ilustrador, maquetador…


Los datos son espeluznantes. Somos los quintos en el ranking mundial de piratería. ¿En serio el 84% de los contenidos culturales en formato digital son adquiridos en España son piratas? Pérdidas de millones en el sector, cierre de librerías, de editoriales…y de sueños. Porque los escritores autopublicados vemos que, en cuanto los libros están colgados en las páginas piratas, las ventas bajan y te desplomas en el ranking de Amazon.


Lectores que me han dicho cosas como, ¡Así te das más a conocer! ¡La cultura es para todos! ¡La editoriales son abusivas en su precios! No, mira. Es que soy escritor autopublicado, y mi novela cuesta 3,5 euros. Y entonces los matorrales ruedan en un silencio incómodo, porque no saben qué decir. Creo que lo hacen por costumbre, más que por maldad (o yo vivo en los mundos de Yupi, que puede ser).


Hay que cambiar la mentalidad.

¿Sabías que en Islandia el estado te da un sueldo si demuestras constancia como escritor? No creo que lleguemos a eso, pero si aquellos que descargan el libro pirateado lo pagasen, quizá muchos podrían dedicarse a escribir y podrían abandonar, como dice Ana González Duque, su trabajo nutricional.


María Montesinos, escritora de romántica y con un blog estupendo, hace algo en sus libros que me parece interesantísimo. En los agradecimientos, dedica un pequeño párrafo a aquellos que la han pirateado y les dice que, si han disfrutado con la lectura, tienen la oportunidad de hacer las cosas bien y apoyarla con la compra legal. Me he planteado hacer lo mismo, aunque, sinceramente, no sé si dará resultado. Al menos, que remueva un poco sus conciencias.


Escribir es mi trabajo

Y me encantaría que fuera apreciado como un trabajo. Tal y como dice la taza, no puedo evitarlo. La parte de sexy, pues puede que también, pero prefiero no decirlo en alto. Si has leído mi libro pirateado, te invito a que me apoyes, y apoyes la historia de Inés y Erik, que estoy segura que se ha metido bajo tu piel, con la compra legal. Si estás atento y te suscribes a mi blog o me sigues en redes sociales, habrá promociones, sorteos y novedades que, si no te apetece adquirirlo al precio habitual, te permitirán hacerlo a un precio menor. Hace unos días, Radiografía del deseo estuvo gratis durante todo el fin de semana.


Si ya lo has hecho, ¡mil gracias! Y te pido disculpas por tener que escribir este post en un espacio en el que, normalmente, disfrutamos. Mi idea no es echar una regañina o tener una pataleta. Es ofrecer una mirada real respecto al panorama de lo que está ocurriendo con la piratería.


Si escribir es sexy, ¡apoyar a un escritor es todavía más sexy! Y para aquellos que tenemos libros autopublicados, no solo estás comprando nuestra novela, te estás convirtiendo en un verdadero mecenas que va a permitir que sigamos entregando un trabajo de calidad.


La piratería no es solo descargar un libro, es quitar la primera carta del castillo de naipes, muy vulnerable, del mundo de la escritura. Nos afecta a todos, también a quien piratea.


Mi post termina aquí. De nuevo, mil gracias por tu apoyo.


Mil besos,


Mimmi Kass.


 


 


Y si te apetece experimentar una lectura erótica distinta, puedes atreverte con mi saga En cuerpo y alma.



“Radiografía del deseo trasciende el género erótico para entregarnos una historia actual, realista y que cala hondo en el lector. El mundo de la medicina mostrado desde dentro, el choque brutal de las idiosincrasias de los protagonistas contra la atracción y el deseo inevitables, y el marco incomparable de Chile y Noruega“.


Tienes el primer capítulo, El retorno, y el segundo capítulo, Residentes, disponibles en el blog. Si lo prefieres, puedes leer el extracto gratuito disponible en Amazon. También tienes aquí las reseñas.


“No permitas que tu corazón se transforme en piedra”. Una historia que se meterá bajo tu piel.


 


Ya está disponible la esperada segunda entrega de En cuerpo y alma. En Diagnóstico del placer, el erotismo y las emociones se profundizan. Tras el éxito conseguido con Radiografía del deseo, best seller en ficción erótica, la autora nos entrega una historia donde los límites se hacen difusos y los protagonistas enfrentan a cada paso el desafío de abandonar sus zonas de confort.


Tienes el primer capítulo, La cruda realidad, y el segundo, El procedimiento, disponibles en el blog. Si lo prefieres, puedes leer el extracto gratuito en Amazon.


“Que alguien no te ame como tu quieres, no significa que no te ama con todo su ser”.


 





Ardiendo es la novela romántica erótica, con más de un toque de thriller, publicada bajo el sello editorial HQÑ, de Harper Collins. La mezcla perfecta entre erotismo y suspense, los maravillosos paisajes de Galicia, y el fascinante y cruel mundo del fuego. Puedes leer el prólogo y el primer capítulo, El diablo del fuego, aquí en el blog. También puedes leer el extracto disponible en Amazon. Ardiendo está disponible en todas las plataformas digitales de Harper Collins Ibérica.


 


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Published on March 23, 2017 04:00

March 22, 2017

Literatura erótica en el Erosporto: una experiencia distinta.


Hoy vengo a contarte que he llevado la literatura erótica hasta Portugal. Sí. No me he vuelto loca. Cuando me propusieron incluirme en el proyecto para dar unas charlas en el Salón Erótico de Oporto, no me lo pensé. Tener la compañía y el apoyo de Vanessa Pazos, Juan González y Erea Devesa era el mejor de los alicientes, y no se me escapaban las implicaciones en adquirir no solo experiencias y aprendizajes, si no también visibilidad como escritora, que nunca viene mal.


Digamos que fuliteratura erótica charlas sábadoe todo bastante rápido, y aunque siempre me jacto de trabajar bien bajo presión, me entraron los siete males al ver que tenía mucho por contar, poco tiempo para prepararlo, y cierto pánico escénico que no recordaba desde mis primeros años como alumna de medicina. Vivir para ver. Que me de más nervios una ponencia sobre literatura erótica que una en un congreso para subespecialistas de la medicina.


Las semanas pasaron volando, mis tripas se sumían en una escalada de nervios que tenían a la pobre Vanessa frita a wasapines, pero por fin acabé la presentación. ¡Y había quedado preciosa!


Así que, armada de mi flamante Power Point lleno de novelas e imágenes sugerentes, y traducido al portugués por obra y gracia del Vikingo (desde aquí, muito obrigada meu amor, ¡no sé que haría sin ti!), me planté en el Exponor, el enorme centro de convenciones de Porto. Qué sitio tan ENORME. ¡Y cuantísima gente!


Tras recoger el pase de ponente sin ningún problema, Claudia Simón, de la organización del evento, me condujo hasta la zona de charlas. Rapidito, porque empezaba en media hora, y la experiencia me ha enseñado que la tecnología no me quiere, y siempre sale algo mal. Aún así, alcancé a ver un par de espectáculos de sexo en directo, muchas tiendas de temática erótica, y algunos bares pequeñitos repartidos por el lugar. En ese momento me hubieran venido bien un par de gintonics, pero…botella de agua y nada más. Que luego me pierdo.


Carla, la encargada de la zona de charlas, me dice que no me preocupe, que aunque a la anterior charla no asistió NADIE, seguro que la mía interesa más. Ay madre. Me da la taquicardia. ¿Y si no viene nadie? Además, me dice con toda la amabilidad del mundo que NO HAY ORDENADOR. Mis coronarias hacen un pequeño espasmo, pero no importa. Erea viene con el suyo y están a punto de llegar. Sangre fría, Mimmi.


Pero, como he dicho antes, la tecnología me odia. La tranquilidad que  había ganado al ver que la sala se llenaba poco a poco, se evapora al ver que los técnicos no son capaces de conectar el ordenador a las pantallas. Me desanimo un poco al comprobar que algunas personas empiezan a marcharse y tomo una decisión. Indico a todo el mundo que se acerque al estrado y giro la pantalla del portátil hacia ellos. Respiro hondo, saludo, y me lanzo a dar la charla en mi deficiente portugués-brasileiro. Pero la gente me sonríe y asiente. ¡Me entienden!, así que empiezo mi viaje. Porque vamos a hacer un viaje.


 



 


Empecé la charla lanzando una pregunta, ¿por qué leemos literatura erótica? Caras sorprendidas, miradas al de al lado. Pobres, creo que no se lo esperaban, pero estuvieron de acuerdo en todas las razones que expuse, y que extraje de este post. Me encanta que la gente participe, e incluso hubo una chica que leyó un extracto de unos de mis relatos en voz alta. Que, por cierto, sonaba precioso en portugués.


Después continuamos con el viaje en sí, con un repaso muy rápido por todos los títulos clásicos relevantes, empezando por Safo de Lesbos.


 



 


Títulos que me parecen imprescindibles, no siempre fáciles de conseguir: El Carmina Priapea, Lisístrata, El arte de Amar, o El satiricón. Un repasito a la literatura erótica árabe en la Edad Media. Entre otros muchos. Pero, ¡corre, corre, corre!, que los problemas técnicos nos han dejado solo treinta minutos de charla y falta más de la mitad.


 



 


Estoy feliz porque hay personas entre el público, ¡que está tomando apuntes! A toda velocidad, en una galopada furiosa, recorro títulos como El Decamerón de Bocaccio, la obra pornográfica italiana que destruyó el Papa Clemente VII (la Iglesia y los librocaustos, ¡ya se sabe!). No puede faltar Fanny Hill, escandaloso por retratar a una mujer, la narradora, disfrutando del sexo sin consecuencias físicas o morales graves, lo que es un soplo de aire fresco. Y la obra principal del Marqués de Sade, un adelantado a su tiempo, pero que debe leerse desde la perspectiva del siglo XVIII. Flaubert y Boudelaire en el siglo XIX más romántico, Von Masoch y su Venus de las pieles en extremo más descarnado.


Llego al siglo XX y cometo un error. Como me queda poco tiempo, pido disculpas y cambio al español. Un par de personas se levantan y se van, le siguen otras dos. ¡Mierda!, me alegro de haber traducido la charla, porque al menos los que se quedan tienen una guía. Voy bastante rápido mientras cito a Bataille, Anaïs Nin, Henry Miller, Marguerite Duras, Emanuelle Arsan, Vargas Llosa, Almudena Grandes, Valérie Tasso y Robin Schonne. Y entonces…


 



 


Una persona que se había levantado se vuelve a sentar, hay risas incrédulas y alguna exclamación de sorpresa cuando enumero los datos de la trilogía de E.L. James. Cincuenta sombras de Grey ha significado un revulsivo en el mundo de la erótica, le pese a quien le pese. Hago un repaso por las autoras que han seguido su estela: Sylvia Day, Jodi Ellen Malpas, Megan Maxwell, y abro un debate interesante sobre la transversalidad del erotismo en otros géneros. ¿Tiene la literatura erótica un papel como herramienta educacional? ¿No? ¡Preguntadle al porno! ¿Somos críticos con los mensajes que nos trasmiten algunas lecturas? Veo cabezas que asienten, expresiones de estar de acuerdo conmigo. ¿Algunos de ellos? Descompensación entre el protagonista masculino y femenino. Sexo coitocentrista, centrado en el placer del hombre. Traumas psicológicos y sexuales que justifican las elecciones sobre el sexo, acompañadas de culpa, y que precisan de una redención…, conductas BDSM mal entendidas. Es necesario trabajar la profundidad de los personajes, pero ¿Es necesario que exista un pasado negativo y desgarrador en torno a lo sexual?


 



 


Y, oye, para ir terminando, que hace ya un rato que las próximas ponentes han llegado, y que para eso soy escritora erótica, me dedico una “diapositiva de gloria”. ¿Cuántas veces me lo habéis escuchado? ¡Sexo positivo y alejado de estereotipos, por favor!


 



 


Me he pasado cuatro pueblos con el tiempo, pero ya. He terminado. Mi diapositiva final desata muchas risas, y la gente se marcha. Me quedo con una sensación genial en el cuerpo y una sonrisa tonta, mientras tomo conciencia de la música atronadora, de la cantidad de gente y de que Vanessa, Juan y Erea están ahí, apoyando. ¡GRACIAS!


 



 




Ahora sí que me merezco ese Gintonic…y aunque nos faltó la foto de grupo, al menos quedaron estas para la posteridad.


Mil besos,


Mimmi Kass


 


 


 


Si te ha gustado este post, recomiendo que leas también El estado de la erótica, y 7 buenas razones para leer erótica.


Y si te apetece experimentar una lectura erótica distinta, puedes atreverte con mi saga En cuerpo y alma.




“Radiografía del deseo trasciende el género erótico para entregarnos una historia actual, realista y que cala hondo en el lector. El mundo de la medicina mostrado desde dentro, el choque brutal de las idiosincrasias de los protagonistas contra la atracción y el deseo inevitables, y el marco incomparable de Chile y Noruega“.


Tienes el primer capítulo, El retorno, y el segundo capítulo, Residentes, disponibles en el blog. Si lo prefieres, puedes leer el extracto gratuito disponible en Amazon. También tienes aquí las reseñas.


“No permitas que tu corazón se transforme en piedra”. Una historia que se meterá bajo tu piel.


 


Ya está disponible la esperada segunda entrega de En cuerpo y alma. En Diagnóstico del placer, el erotismo y las emociones se profundizan. Tras el éxito conseguido con Radiografía del deseo, best seller en ficción erótica, la autora nos entrega una historia donde los límites se hacen difusos y los protagonistas enfrentan a cada paso el desafío de abandonar sus zonas de confort.


Tienes el primer capítulo, La cruda realidad, y el segundo, El procedimiento, disponibles en el blog. Si lo prefieres, puedes leer el extracto gratuito en Amazon.


“Que alguien no te ame como tu quieres, no significa que no te ama con todo su ser”.


 





Ardiendo es la novela romántica erótica, con más de un toque de thriller, publicada bajo el sello editorial HQÑ, de Harper Collins. La mezcla perfecta entre erotismo y suspense, los maravillosos paisajes de Galicia, y el fascinante y cruel mundo del fuego. Puedes leer el prólogo y el primer capítulo, El diablo del fuego, aquí en el blog. También puedes leer el extracto disponible en Amazon. Ardiendo está disponible en todas las plataformas digitales de Harper Collins Ibérica.


 


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Published on March 22, 2017 12:02

March 8, 2017

Mujer poliédrica

Hoy es el día de la mujer y me apetecía escribir algo. Nada demasiado intenso ni profundo, solo sincero y desde mi propia experiencia. Mi cumpleaños ha sido hace poco y siempre me pongo un poco mística. Serán cosas de la edad.


Me genera un poco de arrugamiento de nariz la discusión que se desató con las aseveraciones de Samanta Villar respecto a su maternidad. No comparto con ella el hecho de decir que perdemos calidad de vida al ser madres, pero tampoco voy a invitarla a haberse comprado un Nenuco por pensar que la maternidad no era lo que esperaba.


Con lo que sí estoy de acuerdo es con la idea, ya explotada (con muchísimo más acierto, y bastante antes) con la premisa de Orna Dorath en Madres arrepentidas, donde denuncia que la maternidad no es la cúspide de la pirámide de la realización de la mujer como ser humano, tal y como la sociedad nos ha prometido.


Un momento.


¿En serio la sociedad nos ha prometido eso?


Creo que existen foros suficientes donde la maternidad se despoja de su halo de santidad y perfección para mostrar la realidad maravillosa, sí, pero también descarnada de lo que significa tener hijos. Lo digo donde haga falta: tener hijos es el revulsivo vital más potente que existe, pero (y mis hijos perdonen a su imperfecta y poliédrica madre) no es lo único que me define como mujer.


Parece que estamos destinadas a ser libros de páginas planas, cuyos capítulos tenemos que ir cumpliendo según un guion que se nos da por supuesto: nacimiento, infancia feliz sin dar mucha guerra, adolescencia problemática pero no demasiado, fórmate pero no seas polémica, lucha por abrirte un hueco en el mundo laboral, emparéjate, cuando todo esté más o menos estable, ten hijos. Y entonces, al mirar los ojos primigenios de tu recién nacido, la felicidad te inundará y habrás culminado tu existencia. Ya.


Recuerdo una de las primeras noches en casa con mi hijo, aquel paquetito rojo y furioso, que me miraba con aquellos ojos oscuros y sabios, mientras chorreaban las lágrimas en un concierto a grito pelado. Mirarlo en brazos junto al vikingo, y decir: “Soy pediatra, joder. ¡Debería saber qué le pasa!”, y verme reflejada en su cara de pánico, y en la sensación de no tener ni la más mínima idea. Pero aprendes. Reajustas. Improvisas, sigues tu instinto, y la cosa mejora. O, ¡pobres! Quizá solo es que crecen. Al fin y al cabo, es la primera vez que tienes hijos. Vienen a ser tus “hijillos de indias”. Y tú también creces. Vaya si creces. Lecciones desde el día cero de su nacimiento.


Volviendo a la idea, que me voy por las ramas. Otra opción, muy gráfica, es la escalera. Tenemos que ir subiendo escalones, pero como si fuera una carrera de obstáculos. Esa sensación sí la tengo a veces, lo confieso. La de que voy superando pruebas para alcanzar no se sabe muy bien qué meta, y que la cosa se pone cada vez más empinada.


La vida en páginas.


La vida en escalones.


Pero ¿por qué la sociedad se empeña en vernos tan planas?

Para mí, construir mi vida como mujer es montar un poliedro de mil facetas, con sus vértices puntiagudos, con sus aristas. Todas contribuyen a hacerme completa y a constela lo que soy. Ninguna faceta tiene porqué desplazar a otra, aunque sí pueden ser irregulares. Y me imagino esas facetas de distintos colores, algunas más vibrante y luminosas, otras más oscuras y apagadas, pero todas nuestras.


La maternidad es una de esas facetas, y es importante para mí. Cuando estoy con mis hijos, ni siquiera contesto si me llaman por teléfono, pero llega un momento, específicamente a las 9 de la noche, en que estamos todos cansados y se inicia lo que yo llamo la espiral de la “maldad”, en que necesito que la luz se refleje en otra faceta. Con urgencia.


Entonces, cuando están dormidos, mi poliedro gira y suelo cultivar mi faceta de mujer que puede escuchar en silencio sus propios pensamientos. O ir al cuarto de baño sola, para más datos. Quizá leer un poco, escuchar algo de música… Un poco de paz.


Después, viene mi faceta en pareja. Soy mujer de un solo hombre, lo reconozco y a mucha honra, en esta época donde la monogamia parece estar demodé, en especial en los círculos donde me muevo últimamente. Alguna vez os contaré mi teoría de los monomangos y las polialcachofas, por cierto, pero no ahora. Ahora le toca a mi faceta de mujer pareja. El vikingo es un compañero formidable, y también necesito esa parte de mí que me pide estar con él. En todo sentido. Y no solo por el sexo, que es importante, pero no lo único, hablo de estar en sintonía. Ver una serie en Netflix, que me cuente sus preocupaciones y descargar en él las mías, tirar del carro del proyecto loco que estamos construyendo entre los dos, reevaluarlo y modificarlo si hace falta. A veces a grito pelado, lo confieso. Forma parte del cuento. De la faceta.


La faceta que me une a otros poliedros, quiero decir, a otras mujeres, es a veces escabrosa. Me gusta pensar que soy buena hermana, hija, amiga, buena compañera de trabajo, pero a veces sé que no estoy a la altura de ese maravilloso concepto que es la sororidad. Otras veces, son las demás las que, en busca de encontrarle sitio a su propio poliedro, empujan el tuyo para que caiga. No deberíamos hacer eso, si nos atacamos entre nosotras, perdemos fuerza. Le estamos haciendo el trabajo al machismo.


Podría seguir con muchas más de estas caras, pero creo que ya he trasmitido la idea. Soy todas y cada una de esas facetas: mujer madre, mujer pareja, mujer trabajadora, mujer escritora, mujer amiga, y no tengo por qué renunciar a ninguna de ellas, porque todas me conforman. Soy una mujer poliédrica.


Hay dos ejemplos en que la sociedad se empeña en aplanarte e impedir que desarrolles varias facetas a la vez. El primer ejemplo es la conciliación laboral y familiar. Permitidme. ¡JA! Y eso que yo soy una privilegiada.


El segundo ejemplo, es cuando hay gente que no entiende que en tu poliedro pueda coexistir una faceta erótica importante con que seas madre de dos niños y médico de profesión. ¿Será una versión postmoderna del estereotipo de que la mujer, o es santa, o es puta? Para quien no lo conozca, y simplificando sin meterme en Freud ni la religión, este mito defiende que, como ser madre te eleva a la categoría de santa, debes reprimir cualquier idea de sexualidad. Y, claro, como los médicos somos ángeles, tampoco follamos, o al menos no podemos decirlo. (Perdonad que me ponga cínica, es que estoy escuchando en la radio los porcentajes sobre la brecha salarial, los “pequeños” abusos que todas hemos sufrido en situaciones cotidianas, como ir andando por la calle, y los últimos datos sobre violencia de género. Dieciocho muertes oficiales, veinte en realidad).


Por eso, cada vez que intentan aplanarme impidiéndome vivir una de mis facetas, yo la peleo con uñas y dientes, y me reafirmo: soy un poliedro.


A veces ocurre que el universo coge en su mano el poliedro que soy, y lo lanza a rodar por el suelo. Entonces mis vértices chocan contra el asfalto y saltan chispas, mientras intento acomodarme a la realidad que me rodea. La amalgama que une mis aristas se resiente y se reacomoda para encajar una situación, y tal vez, las facetas cambian de tamaño o de color. Hasta hace poco, mi faceta de maternidad era enorme y brillaba de un rojo fulgurante. Hoy se ha transformado en algo un poco más fluido, vestido de un galimatías de colores. Mi faceta de escritora crece, y su superficie rugosa y áspera se va puliendo. Y así. Todos los días.


Otras veces, el universo no es tan divertido y te estrella sin piedad contra el suelo. El poliedro salta por los aires en una mezcla de mierda y purpurina a partes iguales. El estrés, un imprevisto gordo, las preocupaciones acumuladas. Un palo de los gordos.


No importa.


El poliedro se reconstruye y resurge, y vuelvo a estar entera.


Que no nos hagan pensar que somos planas.


No renuncies a tus múltiples facetas.


Y tú, ¿cómo te sientes? ¿Eres también poliédrica?


Con cariño,


©Mimmi Kass.


 


Y otra de mis facetas es la de escritora. Te invito a sumergirte en el mundo de Inés y Erik en la saga En cuerpo y alma, una historia de crecimiento erótico, emocional y personal, fuera de los estereotipos del amor romántico, y abordando tabús desde una perspectiva sensual y elegante. Tienes aquí el booktrailer de la primera novela, los primeros capítulos y algunas reseñas.


 


 


 


 


Ardiendo es mi primera novela de publicación editorial bajo el sello de Harper Collins (Harlequin). “La mezcla perfecta entre erotismo y suspense, una preciosa historia de amor en los paisajes de Galicia, y el fascinante y cruel mundo de los incendios”.


Te dejo aquí los primeros capítulos, pero te lo advierto, una vez que los leas, ¡no podrás parar!


 


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Published on March 08, 2017 08:58

Reseñas de Radiografía del deseo

En este post, quiero reunir las reseñas de Radiografía del deseo y aprovecho de agradecer a todas las lectoras que me han apoyado, han reído y llorado, y me han brindado una palabra de aliento todas las veces que he querido mandarlo todo a tomar fanta. Que las ha habido. Unas cuantas. Muchas. Repetidas.


La primera que vio la luz fue la de Vanessa Pazos, en Sexeducando. Fisioterapeuta, doctorada en educación sexual y sexóloga en ciernes.


Rebeka October, también escritora, y que mantiene activas varias páginas webs, hizo una preciosa reseña en Mi sangre derramada.


Yasnaia Altube tiene un completísimo blog de reseñas, muy enfocado en la narrativa romántica y erótica, y realiza un trabajo impecable en Con Aroma a libros. Fui su autora elegida en Romántica a tres bandas en el mes de julio.


Zoraida Granados Pazos hizo un extenso análisis desde su perspectiva de psicóloga y sexóloga de la novela, en Psicología ConPasión.


Noemí, Mysticnox en Twitter, también habló de Erik Thoresen como protagonista masculino, e hizo una reseña con la doble perspectiva, de enfermera y lectora, en Romanticamente.


En el blog Gocce de essenza, también recomiendan Radiografía del deseo.


Maite Mosconi, mi querida compañera de correcciones infernales y amiga hizo también una reseña como estreno de su blog.


Y también al blog Cruce de caminos, que dejó constancia del paso de Radiografía del deseo por el III Concurso Amazon para autores independientes.


 


 


A todas ellas, y a todas las personas que me leéis, gracias. Este camino no sería posible sin vosotros al otro lado del papel y la tinta. ¡incluso cuando sea electrónica!


Ya no hay vuelta atrás…


 


Mil besos,


Mimmi Kass


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Published on March 08, 2017 08:51

February 22, 2017

El diablo del fuego

 


Capítulo 1

 


Siento las cenizas y el humo arder en mi garganta. Puedo oler el miedo de los hombres que corren junto a mí. El incendio nos rodea ya por dos flancos, cuando las luces de emergencia del camión aparecen entre la humareda como una tabla de salvación. ¿Cómo vamos a salir de este infierno?


—El camino forestal es inviable —comenta un compañero, boqueando tras la carrera. Señala la estrecha franja de tierra sobre la que se cierne un túnel ardiente—. Si no nos damos prisa, el fuego llegará hasta el camión. Miguel, tú conoces la zona, ¿por dónde podemos tirar?


Las caras de los hombres se vuelven hacia mí, esperanzadas. No sé qué decirles. No creo que haya ninguna solución a este callejón sin salida. Mi única idea es una maldita locura. Busco frenéticamente una respuesta, ahogado por la ansiedad, mientras mis compañeros esperan, impacientes, chorreando sudor negro y asustados.


Muy asustados.


Vamos a morir.


 


 


¡No!


Miguel se despertó con el sonido de su propia voz, empapado en sudor, y respirando entre jadeos. Se incorporó sobre su cama aún desorientado y tardó unos segundos en volver a la realidad. Ya debería estar acostumbrado. De nuevo, las pesadillas se cebaban en él.


Hacía un calor de mil demonios. Ourense en verano se transformaba en un maldito horno. Eran solo las seis y media de la mañana, y se tendió de nuevo sobre las almohadas. Una luz tenue entraba por las ventanas abiertas de par en par, y una brisa movía perezosamente los visillos, pero no alcanzaba a refrescar.


Intentó volver a dormir, aquel día libraba y necesitaba descansar. Desde que empezó la temporada de incendios, no pegaba ojo. Como cada maldito año. Cada año desde aquel infierno.


Los minutos pasaban. Miguel miraba sin ver una pequeña grieta en el techo. Le hubiera venido bien tener a su lado a una mujer. Su pene latió ante el pensamiento de un cuerpo femenino. Cualquiera. Dibujó en sus fantasías la curva de una cadera llena, unos pechos generosos, unos labios entreabiertos. Funcionó. Llevó una mano hasta la incipiente erección y la rodeó, desganado. Hacía un calor de mil demonios, pero sabía que era la única manera de volver a conciliar el sueño. Cerró los dedos con fuerza en torno a su pene y movió la muñeca. Lento, al principio. Poco a poco, a medida que la excitación crecía, fue aumentando la velocidad del movimiento. Las imágenes inconexas en su mente cuajaron en la silueta de la última mujer con la que había estado. Una punzada de culpabilidad empañó por un segundo el ritual, pero se diluyó con rapidez entre respiraciones entrecortadas. Ni siquiera le había pedido el número de teléfono. ¿Para qué? No pensaba llamarla. Su corazón latía fuerte y constante. Los músculos, en tensión. Con el pulgar, rodeaba el glande para añadir un punto extra de placer. Con el puño, batía con furia su sexo. No duró mucho. Con un gruñido, llegó al orgasmo y se corrió en su mano. Era la mejor manera de evitar un desastre.


No se molestó en levantarse. Se limpió con la sábana y se tendió, desnudo, sobre la cama. Un sopor agradable invadió su cuerpo. El sudor se enfriaba sobre su piel con una bienvenida sensación de frescor, y por fin pudo quedarse dormido.


 


 


El timbre insistente del móvil lo despertó más allá de la una de la tarde.


—Miguel, coño. ¿Estabas durmiendo?


La voz acusadora de su jefe lo trajo de vuelta a la realidad. Si lo llamaba en su día libre, era porque necesitaban refuerzos, y se despejó de golpe.


—¿Qué pasa, Paco?


—Necesito que te acerques hasta Verín. Hay un fuego que empieza a descontrolarse, y quiero que tú y Juan nos ayudéis.


—¿En el pueblo?


—No, es en el monte. Nos vemos en el parque del polígono en una hora.


Miguel ya se había levantado de la cama cuando contestó.


—Ahí estaré.


 


 


La densa humareda impedía la visibilidad más allá de unos pocos metros. Una ambulancia medicalizada del 061 avanzó con prudencia por la carretera secundaria hasta que la luz azul de la baliza de un coche de la Guardia Civil les indicó que iban en la dirección correcta.


El conductor bajó el cristal cuando el agente, que cubría su rostro con una camiseta blanca de algodón, se acercó hasta ellos y retiró de su boca la improvisada mascarilla.


—La otra unidad acaba de pasar. Será mejor que os deis prisa, ahí delante hay un puto infierno —gruñó—. Tened cuidado y, si las llamas han llegado a la carretera, dad la vuelta.


Irene y el conductor de la ambulancia asintieron, la cosa no estaba para bromas. El guardia civil calculaba que les quedaban unos cuatro kilómetros para llegar al lugar del siniestro: una pareja de turistas, en un coche familiar, se había despeñado monte abajo desde la carretera cuando huían al ser sorprendidos por el incendio. No sabían nada más, los bomberos trabajaban para sacar a los pasajeros y se necesitaban dos ambulancias. Ellos eran los segundos en llegar.


 


 


Las llamas estaban muy cerca. Miguel podía escuchar el rugido ensordecedor que hacía vibrar la tierra bajo sus pies. El jefe de su unidad se hacía oír a gritos por encima del estruendo. El calor era insoportable y la visibilidad nula, pero había que sacar a los del coche, que yacía atravesado en la carretera hecho un amasijo de hierros.


—¡Vamos, Miguel! —le arengó Juan, su compañero, que ya se había puesto el equipo de seguridad.


Terminó de colocarse la mascarilla, ignorando los cincuenta kilos de peso del material, y prestó atención a las órdenes de Paco, jefe de la brigada.


—No hagáis ninguna gilipollez. Sacad a la pareja, rápido, y traedla hasta la zona segura. Si escucháis la sirena, volved sin mirar atrás.


Ambos bomberos asintieron: tenían experiencia y sabían a lo que se enfrentaban.


Bajaron por la carretera sintiendo cómo el calor ardiente los envolvía como si hubieran abierto las puertas del mismísimo infierno. El asfalto empezaba a licuarse, con el fuego rozando ya la cuneta, e ignoraron la sensación de que las suelas de las botas se derretían bajo sus pies. Rodearon el vehículo con cuidado e intercambiaron una mirada. No había nada que hacer por el hombre. Su cabeza había estallado contra la luna delantera y el techo aplastado le había roto el cuello en un ángulo antinatural.


—El conductor está muerto —anunció Miguel por la radio.


—Vamos con una camilla —respondió, lacónico, su jefe.


Con sangre fría, dejaron el cuerpo a un lado de la carretera. Necesitaban sacarlo para poder acceder hasta la mujer. El lado derecho del coche estaba hundido en la tierra como si le hubieran cavado una tumba a medida. Miguel se arrastró con dificultad por el suelo, maldiciendo el peso del equipo, y cortó el cinturón de seguridad. La mujer todavía respiraba, aunque tenía el rostro lleno de sangre. Le puso el collarín. Ni pensar en colocarle la tabla espinal, era imposible. La agarró por el hombro e intentó arrastrarla fuera. Ella emitió un gemido débil de dolor.


—¡Vamos, Miguel, hostia! —se impacientó Juan—. ¡Esto se está poniendo feo!


Tiró de nuevo de la mujer, que se desplomó hacia él. Mejor. Si estaba inconsciente, sería mucho más fácil movilizarla. «Vamos. Un poco más». Las piernas estaban atrapadas, e intentó echar el asiento hacia atrás manipulando la palanca con dificultad. Se movió un par de centímetros. Lo justo para liberarlas un poco.


Dejó escapar un gruñido primario con el esfuerzo y atravesó por fin el cuerpo de la mujer sobre el asiento del piloto. Como si fuera una muñeca de trapo, la sacó al exterior. Entonces lo vio. La mujer llevaba un chupete colgando de un prendedor y una pequeña cadenita de plástico. El humo era negro y mil virutas ardientes empezaban a volar hasta ellos, conformando un paisaje irreal.


Ya habían retirado el primer cadáver y la ambulancia del 061 esperaba a la mujer con el motor en marcha. Rápidamente se hicieron cargo, y Miguel comenzó a desabrocharse el arnés que llevaba el equipo de recirculación de aire.


—Miguel, ¿qué carallo haces? —preguntó Juan, consternado.


—Hay un niño. En el asiento de atrás hay un niño.


La voz de su jefe por la radio los llamaba de vuelta al camión. Tenían que marcharse de inmediato, y Juan miró a su compañero con aprensión.


—Miguel, tenemos que irnos. Ya.


El bombero se había despojado de todo el equipamiento y sostenía la mascarilla sobre su rostro, enfrentando a su mejor amigo.


—Vete si quieres, Juan. Yo voy a sacar al niño.


—¿Qué hostias pasa? —se escuchó por la radio la voz exasperada de Paco. Juan asintió en dirección a su compañero.


—Paco, hay un niño en el asiento de atrás. Miguel va a intentar sacarlo.


El bombero no se quedó a escuchar la diatriba airada de su jefe, tildándolos de irresponsables y llamándolos de vuelta al camión. El aire sin la máscara era irrespirable y cerró los ojos, que lagrimeaban sin control por efecto del humo ardiente. Volvió a arrastrarse entre los hierros, alargó un brazo por el estrecho hueco que quedaba entre los asientos y alcanzó la piernecita inerte de un niño. Un bebé, más bien. A ciegas, tanteó con la mano y abrió el cinturón de cinco puntos de la silla de seguridad. El niño no se movió. Volvió a tirar. Sentía el calor despellejar su espalda y el rugido de las llamas muy cerca, pero apretó los dientes y, con un último esfuerzo, tuvo entre sus manos el cuerpo de una niñita de unos dos años. No se preocupó de si respiraba o no. Se la pasó a los brazos extendidos de Juan y se apoyó en su hombro, tosiendo compulsivamente y con los ojos enrojecidos, lagrimeando sin control.


—¡Vámonos!


Miguel trastabilló, preso de la tos que se había apoderado en espasmos de su tórax, como si el diablo que habitaba en ese infierno reclamara que le devolviera a sus víctimas.


Miró aliviado la silueta roja y brillante del camión entre la humareda y las luces de emergencia de varios vehículos. Manolo, el compañero de su jefe, le echó un cubo de agua sobre la cabeza, y Miguel lanzó al universo una plegaria de agradecimiento. Pero, de pronto, esa abrazadera que asfixiaba su pecho se ensañó con su garganta y se cerró, quitándole el soplo de aire que aún lo mantenía con vida. Abrió los ojos ciegos en una mueca de pánico visceral y sintió que el suelo se abría bajo sus pies mientras luchaba en vano por respirar. El diablo del fuego por fin lo había devorado.


 


 


Una mujer manipulaba el respirador de transporte colocado en el techo de la ambulancia, intentando mantener el equilibrio en el estrecho espacio entre la camilla y el asiento. A su lado, un enfermero preparaba medicación en una mascarilla. Ambos parecían preocupados y Miguel se preguntó cómo de grave estaba en realidad. Intentó reacomodarse bajo las cinchas que lo sujetaban, impidiéndole incorporarse.


La sirena ululaba ensordecedora y escuchó a la que supuso era la médico del 061 soltar un juramento. ¿Quién iba a escucharlos en aquel lugar? Inhaló con cuidado, limitado por el dolor. Al menos el aire se había aclarado un poco y ya no sentía que respiraba carbón.


— … agua.


Su voz sonó débil y agarrotada, desgarradora como el graznido de un cuervo, y la mujer pareció volver a la realidad al ver que había despertado. A Miguel no se le escapó el suspiro de alivio que soltó ni la mirada asustada de sus ojos verdes.


—¡Agua! —repitió impaciente. Sentía arder en su garganta todos los incendios que había apagado desde que era bombero. En ese momento, se dio cuenta de que su jefe lo acompañaba también.


—Nada de agua —respondió secamente la chica—. Y estate callado, que tienes toda la garganta en carne viva.


—Casi te mueres, cabrón. ¡Menudo susto nos has dado! —dijo Paco, agarrando con fuerza la mano que portaba la vía venosa por la que entraba el suero a chorro—. ¿Por qué nunca haces lo que se te dice, Miguel?


—Necesito agua, por favor. Me estoy abrasando —murmuró de nuevo, en un ruego ronco. Ella negó con la cabeza, pero deslizó por los labios agrietados y secos un algodón empapado en el preciadísimo líquido.


—Más —demandó Miguel.


La chica no le hizo ningún caso. En vez de eso, le puso en la cara una mascarilla que soltaba una desagradable nube de vapor frío que lo hizo toser con intensidad. Miguel soltó un jadeo de dolor inesperado. Mil brasas parecían atacar sus pulmones como si hubieran prendido en combustión espontánea. Le echó una mirada, evaluando a la médico. Era muy jovencita.


—¿Seguro… que sabes… lo que haces? —preguntó entre toses, sin esconder la duda en el tono de su voz. Ella se echó a reír con cierto deje amargo.


—Pues más te vale, porque tenemos más de una hora de camino hasta la UCI de Ourense.


—Joder —gruñó Miguel. Más valía tenerla de aliada y no de enemiga—. Esto duele. ¡Duele, joder! —apretó los dientes, intentando aspirar el líquido nebulizado que intuía que le vendría bien, pero que le estaba sentando fatal.


La mujer intercambió unas palabras con el enfermero; poco después, un alivio lento y un letargo empezaron a invadir su cuerpo, haciéndole sentir que perdía el control de los músculos. Asustado por el efecto del sedante, comenzó a hiperventilar.


—Respira lento. Tranquilo. ¡Tranquilo! —exclamó ella, consternada ante la respiración acelerada y la expresión de pánico del bombero.


Lo último que vio antes de volver a perder la consciencia fueron unos ojos verdes y preocupados.


 


Mimmi Kass



Si aún has leído el prólogo, que presenta también a un protagonista muy importante, lo tienes en este enlace.

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La mezcla perfecta entre erotismo y suspense, la vida de héroes anónimos hecha novela, ambientada en el peligroso y fascinante mundo del fuego. Tienes la sinopsis en este enlace.


 


 



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Te invito a leer las críticas de Radiografía del deseo, el extracto disponible en Amazon, y algunos capítulos en este blog. ¡La tenéis en promoción a solo 0.99€!


 





Diagnóstico del placer, la segunda entrega, ha superado las expectativas de los lectores. La erótica se profundiza, las emociones y los sentimientos de los protagonistas se complican. ¿Te atreves a experimentar fuera de tu zona de confort? Tienes aquí las críticas, y todo el contenido sobre la novela del blog.


 


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Published on February 22, 2017 03:02

February 8, 2017

Ardiendo – Prólogo

PRÓLOGO

El aire caliente parecía vibrar como la imagen de un espejismo por encima de la hierba agostada. Solo el sonido de unas pisadas rítmicas y el canto de las chicharras rompían el silencio sepulcral del monte. Miró hacia el sol con resignación y quedó cegado durante unos segundos. No importaba. Era su aliado. El parte meteorológico anunciaba cuarenta grados en Orense y en aquella zona la temperatura se elevaría aún más. Perfecto.


 

Estudió el terreno haciendo caso omiso del sudor chorreando por sus sienes y el sabor pastoso de la tierra seca en su boca. No era muy inteligente y lo sabía, pero tenía determinación. Y para lo que tenía que hacer, le bastaba.


 

Descendió en un trote cochinero por un desnivel abrupto que encerraba una hondonada. El lecho de un antiguo torrente. Soltó una risita siniestra al llegar al fondo. Ovillos de hierba seca, restos de ramas y de árboles arrastrados por el agua en invierno habían quedado atrapados entre las piedras y arderían como un polvorín.


 

Buscó una piedra plana y se sentó con dificultad. Su sebosa barriga no le impedía tener una buena resistencia. Estaba acostumbrado a patear monte desde niño. Sacó la cajetilla de tabaco y encendió un cigarro. Resoplando, con el pitillo colgado del labio inferior que le provocaba un sonido sibilante en su respiración, extrajo de la mochila el resto de materiales. Sonrió de nuevo al ver la caja de preservativos empezada. Las tías del pueblo podían no hacerle caso, pero ahora empezaba a tener dinero y las putas tienen que comerse lo que les pongan.


 

El tubo de ensayo no había sido difícil de conseguir, aunque el veterinario lo mirase con cara rara. Los sobres de azúcar los había robado del bar. El ácido sulfúrico y el clorato de potasio… eso fue más complicado, pero había valido la pena. Funcionaría. El ensayo en la finca de su abuela había salido perfecto.


 

Metió dentro de un condón el tubito de cristal lleno de ácido sulfúrico, bien sellado, y lo dejó encima del paño de cocina que pulcramente había estirado en el suelo. Luego desenrolló un segundo condón y lo llenó a la mitad con clorato potásico. Intentó abrir el diminuto sobre de azúcar con los dedos gordos y torpes, y el blanco contenido se desparramó sobre su abdomen colgante.


 

—¡Hostia! —murmuró entre dientes, sacudiéndose la camiseta. Abriría otro sobre, pero no podía cometer errores ahora.


 

Cuando terminó de llenar la otra mitad del preservativo con el azúcar, metió el segundo dentro del primero y los anudó. Luego alcanzó la cajetilla, sacó el último cigarro y se lo metió en el bolsillo para fumárselo más tarde.


 

Introdujo el peligroso saquito en ella y miró a su alrededor. Tenía que dejarla oculta en un buen sitio, pero también tenía que asegurarse una huida rápida y limpia. Caminó por la torrentera reuniendo un poco de hojarasca y unas ramas, y aplastó entre los dedos la cajetilla. El ácido sulfúrico tardaría una media hora en perforar el látex y entrar en contacto con los otros ingredientes, y entonces…


 

Enseñó los dientes en una mueca maligna. Se iba a levantar una buena pasta por el trabajo. Quizá podría dejar una señal, algo que quedase para la posteridad. Apiló unas piedras, cambiando una aquí y otra allá hasta conseguir el efecto deseado. Con un poco de imaginación, se podía ver un muñeco Michelín. El Michelín, así lo llamaban a él. El gordo del pueblo. El tonto del pueblo. Sonrió. Mejor que siguieran pensando eso.


 

—¡Hostia! —volvió a exclamar. Ya habían pasado diez minutos. Mejor ir tirando, no fuera a ser que el invento funcionara más rápido de lo previsto.


 

Se puso la mochila a la espalda y echó a andar de regreso a la carretera sin mirar atrás. No necesitaba comprobar lo que había hecho para saber que iba a funcionar.

No era muy inteligente, pero tenía determinación.


 

 

ARDIENDO. Fecha de publicación: 2 de marzo, en todas las plataformas digitales, bajo el sello HQÑ de Harper Collins Ibérica.


Mimmi Kasss. Todos los derechos reservados.


 


 



Si todavía no conoces la historia de Inés y Erik, Radiografía del deseo es la primera novela de la serie En cuerpo y alma. Top 2 en Ficción erótica de Amazon, sigue después de seis meses, entre los títulos mejor valorados y más vendidos.


El primer capítulo está disponible en este enlace: El retorno.


El segundo capítulo también, en este otro enlace: Residentes.


 


 


 


 



Diagnóstico del placer ya está disponible en Amazon. Durante la primera semana en venta, alcanzó el top #1 de ventas en ficción erótica tanto en Amazon España como en Amazon.com latinoamérica y ya ha conquistado a miles de lectores.


Si disfrutaste con la primera entrega, te emocionarás con la continuación. Te invito a experimentar una lectura muy distinta, ¿te atreves a salir fuera de tu zona de confort?


El primer capítulo está disponible para su lectura en este enlace: La cruda realidad.


El segundo capítulo también, en este otro enlace: El procedimiento.


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Published on February 08, 2017 04:13

January 30, 2017

ARDIENDO: sinopsis

 

 



Un asfixiante verano azota la provincia de Orense. Los incendios arrasan los bosques y Miguel, un arrojado bombero, sospecha que puede haber una mano negra detrás. Pero hablar de fuegos provocados no es bienvenido en algunas esferas y, obstinado, inicia una peligrosa investigación por su cuenta.


En su periplo se cruza con Irene, una atractiva y temperamental doctora que lo cautiva desde el primer momento. Inmersa en una crisis vocacional, no tiene ganas de dejarse arrastrar por una relación que no parece llevar a ninguna parte.


Entre ellos es más que fuego lo que arde, y ambos enfrentarán el dilema de ir un paso más allá. Juntos se consumirán en pura pasión, a la vez que se verán cara a cara con las llamas.


 


 


La mezcla perfecta entre erotismo y suspense, la vida de héroes anónimos hecha novela, ambientada en el peligroso y fascinante mundo del fuego.


¡Y ya tenemos fecha! La novela saldrá publicada en todas las plataformas de lectura digital  de Harper Collins Ibérica el dos de marzo. Estoy deseando que descubráis la historia de Irene y Miguel. No puedo decir mucho más, pero en la página de Facebook de la editorial tendréis, dentro de muy poco, más información sobre la novela, los personajes y lo que me motivó a escribirla.


 


Aprovecho de agradecer desde aquí a todo el cuerpo de bomberos, en especial, a los de Ourense, que contestaron con paciencia, amabilidad y muchísimo buen humor a mi sinfín de preguntas y me dejaron ver de cerca un poco de su mundo. Una labor de documentación muy, muy difícil y a la vez maravillosa, que espero de una imagen realista más allá de del romance y el erotismo de la historia. Gracias.


Ardiendo de impaciencia…


Mimmi Kass.


 



Si te ha gustado la sinopsis de Ardiendo, seguro que te gustarán mis novelas de la serie En cuerpo y Alma.


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Published on January 30, 2017 16:02