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“Como en todos o casi todos los capítulos de esta biografía, yo he de echar manos de la consabida frase: “Ya se sabe lo que son los niños a la hora de pedirles cosas a los Reyes Magos...” Tengo que hacerlo porque me interesa mucho recalcar que Vicente no era un niño: Vicente era un monstruo. Porque, ¿a quién, si no es un monstruo, se le ocurre dirigir a los Magos una instancia debidamente reintegrada y no una esquela llena de borrones?”
― El repelente niño Vicente
― El repelente niño Vicente
“La gente, a la hora de cometer disparates, puede decidirse por multitud de sistemas. Hay quien se casa; hay quien se suicida; hay quien presta libros; hay quien ahorra; hay quien se compra un paraguas... Hasta hay quien, puesto a disparatar en gordo, se muere de muerte natural...”
― El repelente niño Vicente
― El repelente niño Vicente
“A lo largo de muchas meditaciones fué ordenando sus ideas: él no quería equivocarse... Él quería acertar; sólo así tendría garantías su afán de saber...
Poco a poco fué apartando tentaciones...
No quería ser profesor mercantil, como su padre... La contabilidad por partida doble era muy bella, sí, pero... tal disciplina resultaba muy limitada...
Tampoco sería ingeniero naval... Debía ser muy hermoso planear un buque, pero... existía el peligro de distraerse mirando el mar y apeteciendo tomar un baño...
No sería arquitecto... El cálculo de resistencias ofrecía muchos atractivos, pero... a su lado florecían los riesgos: a lo mejor le daba por dedicarse a proyectar edificios que habían de dedicarse a campos de fútbol...”
― El repelente niño Vicente
Poco a poco fué apartando tentaciones...
No quería ser profesor mercantil, como su padre... La contabilidad por partida doble era muy bella, sí, pero... tal disciplina resultaba muy limitada...
Tampoco sería ingeniero naval... Debía ser muy hermoso planear un buque, pero... existía el peligro de distraerse mirando el mar y apeteciendo tomar un baño...
No sería arquitecto... El cálculo de resistencias ofrecía muchos atractivos, pero... a su lado florecían los riesgos: a lo mejor le daba por dedicarse a proyectar edificios que habían de dedicarse a campos de fútbol...”
― El repelente niño Vicente