—Ivan, nunca había hablado con nadie de lo que te acabo de contar—tragó saliva—, jamás. No sé qué me ha hecho soltarlo.
—Ya lo sé —sonreí—, así que gracias por hablarme con el corazón. Creo que eso se merece otra cadeneta de margaritas.
Le ofrecí otro brazalete que acababa de hacer.
Error número dos: cuando se lo puse en la muñeca sentí como si le estuviera
dando un trozo de mi corazón
— Feb 13, 2017 02:12PM
Add a comment