Octubre 2015 - La Llamada de lo Salvaje

[Marie]

Vamos a ver qué tal, María. Ya os contaré.

[Victoria]

Creo que he leído este libro como lectura graduada de inglés; por supuesto simplificado. En su día me pareció toda una aventura.

[Marie]

No puedo decir que esta novela me haya gustado debido a la sensibilidad tan grande que tengo hacia los animales. Me duele ver cuando sufren por eso siempre evito ver películas con este tipo de temáticas y por supuesto la experiencia al leer es similar. “La llamada de lo salvaje” es una historia intensa, con un argumento que me ha parecido algo crudo y un final que me ha dejado una sensación de tristeza que no recomiendo a nadie. Por esa razón no le he podido dar al libro de Jack London cinco estrellas y para escribir mi comentario me he basado en lo bien escrita que está, en lo hermoso de su prosa, en los sentimientos que es capaz de inspirar y en sus magníficas descripciones de Alaska, tan vívidas que parecía que casi podías respirar el aire tan puro y helado de aquellas tierras. Una novela que me ha llamado la atención también por su nobleza (Buck me ha tocado el corazón), por los valores que transmite, por los instintos primitivos tan bien reflejados… En fin, una historia diferente y a la que sin duda recordaré por mucho tiempo.

[Olga]

Recuerdo la profunda impresión que me dejó este libro la primera vez que lo leí cuando tenía unos doce años. La forma en la que Jack London plantea la fidelidad inherente a la naturaleza canina es tan conmovedora que tras esta nueva lectura, varias décadas después, me he vuelto a emocionar.
En “La llamada de lo salvaje” (“The call of the wild”, 1903), Jack London narra la historia de un perro doméstico llamado Buck que a raíz varios sucesos que le ocurren termina convertido en un animal salvaje. Hasta que es sustraído a sus dueños de un rancho en California, el animal protagonista lleva una vida sin sobresaltos cosa que cambiará luego del robo, tras el cual pasa por varias manos y termina al fin entrenado como perro de tiro. Un explorador y buscador de oro llamado Thornton lo libera de la crueldad de sus nuevos amos y, al impedir que prosiga viaje con ellos, le salva la vida ya que el trineo en el que viajaban se hunde en los hielos arrastrando consigo tanto a los pasajeros como a los canes. Tras esto, la gratitud de Buck se traduce en una fidelidad incondicional hacia el hombre.
Durante las expediciones que Thornton emprende en busca de oro, Buck explora el entorno salvaje y entra en contacto con un lobo con quien traba una amistad en virtud de la cual socializa con el resto de la manada. El idilio dura hasta que un día el perro regresa al campamento tras una corta ausencia y se encuentra con que éste ha sido asolado por indios pertenecientes a una tribu aborigen de Alaska (los Yeehat, que son, en realidad, una creación del autor).
Quien haya leído el libro, sabe cómo sigue el relato y lo que sucede después. Personalmente he disfrutado mucho con esta relectura que me ha recordado que lamentablemente en este mundo tan hostil a veces los animales pueden llegar a ser más nobles que muchas personas.
Según lo que he podido, encontrar el autor se ha inspirado en un perro real que pertenecía a sus caseros para escribir esta historia. También la situación en la cual transcurre la historia está tomada de la realidad y toma elementos de la fiebre por el oro que tuvo lugar en Norteamérica a principios del siglo XX. Un libro muy lindo.

[Xan]

Olga wrote: "Recuerdo la profunda impresión que me dejó este libro la primera vez que lo leí cuando tenía unos doce años. La forma en la que Jack London plantea la fidelidad inherente a la naturaleza canina es ..."

Un buen libro al que han destrozado en docenas de adaptaciones cinematográficas. Pero es una de mis tres razones para visitar Alaska algún día.

[Olga]

No he visto ninguna de las pelis... Las pocas veces que vi una película basada en un libro me he llevado un gran chasco... Excepciones: El amante de Marguerite Duras (aunque era algo diferente al libro) y La insoportable levedad del ser. Del resto...

PS: yo también quiero ir a Alaska (aunque confieso que tengo un miedo tremendo a los osos...)