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Libros y Obras
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Como cuidar un libro
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Por ejemplo, yo suelo traer siempre un libro en la bolsa para leer en el transporte o en algún lugar donde tenga que esperar. Al principio me preocupaba porque se maltrataban las cubiertas o incluso se pueden llegar a doblar las hojas. Después me di cuenta de que eso era inevitable y que un libro vale más por su interior (por las palabras vaya) que por si esta bien cuidado o sin dobleces ni rayones.
Otro tema es el de subrayar o escribir las páginas. ¿Quién no está leyendo un libro y derrepente se cruza con una frase o idea que le gusta y quiere recordarla para después? Lo más lógico es tomar un lápiz, pluma o lo que tengas a la mano y subrayarla, incluso doblar una esquina para identificar la página fácilmente después. ¿Es malo? Claro que no, a mi me encanta hacerlo, siempre llevo un lápiz en la bolsa junto al libro y un paquete de esas tiritas de colores con adhesivo para marcar las páginas. Después me encanta abrir los libros al azar y leer esas frases que alguna vez subraye. Ni que decir de los libros de estudio, ¿cómo vas a hacer un resumen si no subrayas primero las ideas principales del libro? Claro que esto lo hago solamente con mis libros, se que hay personas a las que les molesta que maltraten sus libros y no me atrevo a subrayar libros prestados, salvo los de ciertos amigos que se que no les molesta.
Y por último, como encuadernadora te puedo asegurar que una buena encuadernación debe poder abrirse hasta los 180º sin problema.

Retomando lo planteado por Diana, ¿Son más recomendables las estanterías abiertas, aún cuando las cerradas protegen del polvo y otras cosas? ¿No es mejor opción una estantería cerrada que se abra periódicamente para airear los libros? Ustedes qué opinan?


Hay dos temas fundamentales que tomar en cuenta si queremos que nuestros libros queden a la posteridad:
1. La encuadernación. Como comentaron, un libro debería poder abrirse 180°, pero esto sólo es aplicable a un libro que ha sido cosido. Hoy en día casi ninguna editorial cose sus libros, pero los de mayor calidad y los coffee tables sí lo son (sería un crimen si no). Es extremadamente raro que una edición rústica sea cosida.
2. El papel. Se mencionó la lignina, que es un polímero presente en toda madera. Si este compuesto no se remueve en la fabricación de papel, entonces con el tiempo éste se hará amarillo y frágil. Es importante que, si queremos comprar un libro que vaya a durar, nos fijemos en la página de copyright que diga: 'Este libro ha sido impreso en papel libre de ácido'. Los de mayor calidad tendrán un pequeño símbolo de un infinito (significando, supongo, que, el libro durará para siempre).
Lo único que no cumplo tan cabalmente es el tema de las ventanas, pues tengo mi librero paralelo y cerca del ventanal de mi cuarto a falta de mejor espacio. La humedad sí ha incidido. Pero al final son unas por otras, ya que es el único lugar donde la luz del sol no incide.
En cuanto a lo de subrayar libros o dejar que se maltraten en tránsito, prefiero leer siempre ediciones electrónicas (el Kindle te deja subrayar) y tener respaldos físicos de los libros más amados.

Cuando veo una cita importante suelo apuntarla en una libreta que también siempre cargo, llena de citas interesantes, o en la computadora si estoy en casa.
Yo creo que depende mucho de la opinión personal, es decir, para mí un libro viejo y desgastado no es sinónimo de que lo usaron mucho, simplemente de que no lo cuidaron bien.
Y cuando traigo libros en la mochila suelo ponerlos entre dos superficies lo más lisas posible (es decir, no entre plumas u objetos puntiagudos) y así los cargo y me encargo de que no se maltraten poco a poco las cubiertas.
Pero en fin, todo es una cuestión de gustos personales, que al fin los libros como objeto físico son nuestra propiedad y cada quién hace lo que le parezca con ellos :D

Yo sí uso lápiz, pluma, colores, marca textos, notas y separadores adhesivos y todo cuanto tenga la mano. Libro de mi propiedad que no tenga anotaciones quiere decir que no me gustó ni mínimamente.
Les dejó un video que encontré en youtube: http://www.youtube.com/watch?v=UboEq7...
Gracias por las recomendaciones.


Yo coincido mucho contigo Ricardo. Creo que el cuidado del libro es bueno para que pueda vivir por generaciones. Al menos, en lo personal a mi me gusta mucho cuidarlos y los sacudo cada mes, los abro con cuidado por que me gusta.
En cuanto a las anotaciones, igual no me gusta rayarlos e igual tengo mi libreta en donde escribo las frases que más me agradan, junto con el nombre del libro y la página para encontrarla más rápido.
Pero igual es cosa de cada quien. Eso de que luego se manchen por alguna razón o algún accidente pues no se pueden impedir e igual te traen buenos recuerdos. Tengo una experiencia en donde compré mi libro: La sombra de John Katzenbach, y la dejé en el sillón y cuando regresé a verlo mi perrito había mordido la cubierta. Mi perrito era un cachorrito, mi primer perrito, y claro me enfadé pero ahora que lo veo es un recuerdo más.
Y pues es todo. Es mi opinión.
Con amor.





El cuidado oportuno de nuestra biblioteca hará que los libros se mantengan en perfecto estado. Compartir esta tarea con los niños y niñas desde la infancia hará que respeten los libros y aprendan a valorarlos apropiadamente. Un niño que se preocupa y cuida un libro es un niño que ha aprendido a apreciar lo que una obra significa y lo que puede ofrecerle hoy y mañana.
A continuación te contamos cuáles son los grandes enemigos de un libro, así como varios consejos para un buen mantenimiento.
El polvo
Al estar colocados en un mismo sitio durante largos periodos de tiempo, las partículas de polvo se adhieren a cubiertas y hojas con gran facilidad y en grandes cantidades sin que apenas nos demos cuenta. Dicho polvo lleva consigo partículas que pueden oxidar el libro y, en ocasiones, incluso huevos de insectos. Es aconsejable limpiar regularmente el canto superior de los libros con un plumero o una brocha de cerdas suaves.
Para realizar una limpieza más profunda, por ejemplo, alrededor de cada seis meses, sacaremos los libros de sus estantes.El mueble debe limpiarse primero con un paño húmedo para retirar el polvo y luego proceder a su secado con papel o una bayeta seca. Ten en cuenta que el estante debe estar bien seco antes de volver a colocar los ejemplares en él.
En cuanto a los cantos y tapas del libro, podemos utilizar el plumero, un paño seco o un pequeño aspirador, manteniendo el libro bien apretado para que el polvo que retiramos no se introduzca entre las páginas. Como truco para apartar el polvo adherido a los bordes de estas, podemos utilizar una goma de borrar lápices bien limpia.
La temperatura, la luz y la humedad
Además del temible fuego, los otros tres grandes enemigos de un libro son la temperatura del lugar donde se halla la biblioteca, la luz y la humedad. Esta debe ubicarse en un lugar con luz tenue, seco y ventilado, evitando fuentes de calor como radiadores, chimeneas o calefactores eléctricos, que pueden ajar el papel y resecar la cola de la encuadernación. El flujo de aire es recomendable para evitar el típico olor a libro viejo que provocan la lignina del papel y la tinta.
La luz del sol nunca debe incidir sobre los volúmenes, pues el papel se degradará rápidamente, además de perder el color de las tapas. Un detalle a tener en cuenta si sacamos un libro para leer al aire libre o lo dejamos olvidado junto a una ventana. La luz fluorescente tampoco es aconsejable.
En cuanto a la humedad, sin duda es uno de los elementos más destructivos con los que un libro puede toparse. Evitemos habitaciones con esta característica, lugares cercanos a una ventana, a cañerías o tuberías que puedan sufrir pérdidas. La humedad ambiental provoca movimientos de contracción y dilatación, que desbaratan y deterioran poco a poco los materiales del libro. Además, sumada a una temperatura alta invita a la proliferación de hongos.
Es aconsejable que las estanterías cuenten con un fondo de madera que aísle los ejemplares de la pared. En el caso de librerías al aire, procura que los libros no toquen el muro. Si encuentras un libro con trazas de humedad o moho entre sus páginas, sepáralo del resto para que no se contaminen también. Puedes colocarlo eventualmente en otro lugar aireado y con luz moderada. Para limpiar las hojas con manchas de humedad se recomienda espolvorear polvos de talco por encima y mantener el libro apartado durante varios días con algo pesado encima. Pasado el tiempo, retiraremos el talco con un cepillo suave página a página.
La colocación
Otra cuestión a tener en cuenta a la hora de preservar nuestros libros es su disposición en los estantes. Los ejemplares deben colocarse sobre un anaquel plano, horizontal y de manera vertical. De lo contrario, se deformarán, dañando la encuadernación.
Asimismo, se recomiendan estanterías abiertas en vez de cerradas. Estas pueden cuidar la exposición al polvo o resultar más bonitas a la vista por su diseño, pero también son perjudiciales por la acumulación de humedad. En cuanto a los materiales, se aconseja la madera antes que el vidrio, pues este no permite que el aire se renueve y puede afectar al papel.
Por último, debemos cuidar la presencia de insectos como termitas, cucarachas, u otros animales como ratones, que puedan comerse las páginas o utilizarlas para dejar sus huevos.
Otros cuidados
No forzar el libro al abrirlo o apoyarlo con las páginas abiertas en un ángulo de 180º, puesto que la encuadernación sufre y se deforma y podrían despegarse las páginas o las tapas.
No doblar las esquinas de las páginas para señalar un punto de lectura. Si ya lo hemos hecho o nos encontramos un ejemplar así, podemos humedecer levemente el papel y dejar el libro prensado con peso encima durante varios días hasta que recupere la forma.
No usar cinta adhesiva para pegar hojas o la cubierta, ya que el ácido del pegamento puede decolorar el papel y, a la larga, arruinarlo.
No humedecer los dedos con saliva para pasar las páginas.
No guardar flores u hojas de plantas y árboles entre las páginas, las cuales, al descomponerse, mancharán el papel y lo degradarán.
No toser, estornudar, ni usar insecticidas o perfumes sobre un libro.
Mantener la comida, la bebida y las manos sucias lejos de nuestros libros. Un accidente puede ocurrir en cualquier momento.
No subrayar ni escribir con bolígrafo o rotuladores.
Es inevitable que el paso del tiempo deteriore nuestros queridos libros, pero con un poco de cuidado podremos hacer que duren más.
LINK: http://queleer.com.ve/2013/06/03/cons...