Otros estudios que examinan los efectos cerebrales de la inmersión en agua fría en humanos y animales muestran elevaciones similares en los neurotransmisores monoamínicos —dopamina, norepinefrina, serotonina—, los mismos que regulan el placer, la motivación, el estado de ánimo, el apetito, el sueño y el estado de alerta.

