—¿Qué significó eso para ti? —En ese momento pude sentir a ese Dios condenatorio y acusador. Puedo citar las Escrituras, pero no siento ninguna conexión con el Dios amoroso que describen. No consigo estar a la altura de esa expectativa. No soy tan buena. He dejado de ir a la iglesia. Hace un mes que no la piso. Y sabes qué, nadie parece haberse dado cuenta. Nadie me ha llamado. Nadie se ha puesto en contacto conmigo. Ni una sola persona.

