Extrañas

by Guillermo Arriaga

«la historia nunca es del todo acabada, se halla en perpetuo movimiento, culturas antaño poderosas quedan a merced de contradicciones inherentes a su propia conformación y acaban devorándose a sí mismas, basta revisar los “hechos”,

sabes jugar ajedrez?», asentí, parte importante de la educación de los jóvenes nobles consistía en aprenderlo, ejercicio necesario para fraguar tácticas, Ryan acomodó las piezas sobre el tablero, él con las blancas, yo con las negras, «el ajedrez es fundamental para entender la ciencia», afirmó, «nos obliga a cuestionar cada decisión», comenzó con una salida desconocida para mí, peón cuatro de la torre del rey, una jugada novedosa, mi instructor me había enseñado a dominar el centro, por lo cual sin variaciones debía empezar con peón cuatro del rey o peón cuatro de la dama, para luego reforzar la posición con los caballos, o bien protegiéndolos con tres peón del alfil de la reina o del rey, su lance me desconcertó, continué con el criterio aprendido y abrí con peón cuatro del rey, él siguió con peón cuatro de la torre de la dama, una apuesta aún más arriesgada, jugaba en los extremos del tablero sin interesarle apropiarse del centro, respondí con caballo tres del alfil del rey, Ryan sonrió, «el ajedrez revela la personalidad de quien lo juega, o peor aún, los vicios aprendidos»,

«acostumbramos a ver el mundo desde una determinada perspectiva y en la mayoría de las veces esa perspectiva es el principal obstáculo para resolver un problema, tú jugaste con un planteamiento conservador y sabía cuán primordial era para ti hacerme intransitable el centro del tablero, pero te forcé a abrirte a los extremos y caíste en mi trampa, el científico debe pensar fuera del centro, cuestionar cada conocimiento, sobre todo aquellos cuyas bases creemos más sólidas, podrá parecerte absurdo, pero para alcanzar respuestas inteligentes debemos formularnos preguntas estúpidas»,

el análisis crítico exige repensar, innovar, jamás dar algo por hecho»,

«no pienses como militar», me había indicado Ryan, «piensa como poeta, las grandes batallas, como Troya o Jericó, fueron ganadas por quienes procedieron con una aproximación creativa, no por quienes obedecieron los cánones, la ciencia debe ser cercana a la poesía, no al imperturbable orden»,

la confianza excesiva es ponzoña para el pensamiento crítico, debes cuestionar hasta tu misma existencia»,

“quien no se enoja con Dios, quien no llega a dudar de su existencia, no merece Su amor, Dios no está para ser adorado por el simple hecho de serlo, se llega a Él por lo profundo de Su obra”,

bien lo exponía Shakespeare, de los lazos de sangre brotan las inquinas más feroces y un padre o una madre decepcionados pueden matar en vida al ser más querido y borrarlo como si nunca hubiese existido,

la diferencia causa rechazo, pavor, recelo, a los monstruos se les relega a lo más bajo de la jerarquía social»,

la medicina no era un ejercicio trivial como sostenía mi padre, cambiaba vidas, esperanzaba futuros,

«las putas encarnamos el pecado original»,

«mi trabajo es también escuchar», nos expuso en una ocasión, «los hombres aparentan buscar un coño, en realidad, claman por un oído»,

anhelaba el asenso de Ryan, pero se mantuvo en silencio en el camino de regreso al granero, se detuvo luego de un rato y se giró hacia mí, «no soy de dar consejos no pedidos, mas en esta ocasión lo considero necesario, seduce perorar con grandilocuencia y erigirte en protagonista, no te juzgaré por ello, no obstante, en cuestiones de ciencia, la fanfarronería es nuestra enemiga, causa expectativas falsas, suscita diálogos estériles, debilita propuestas y, al final, se revierte contra el más noble de sus propósitos: crear confianza, cada uno de los ahí presentes saldrá vehemente a divulgar tus comentarios y pronto correrá la voz de tus falsedades cuando las pociones del señor Wright no cumplan con lo esperado, entonces él quedará como un fantoche y la gente dudará, una vez más, de las virtudes de la medicina, vuelve y con valentía revela cuán ligeros y falsos fueron tus dichos y pronúnciate, ahora sí, con estricto apego a la verdad»,

«muchacho, no me ofendas, no soy ramera del conocimiento, el conocimiento, apréndelo de una buena vez, o se lo reserva uno para sí mismo o lo regala, pero no se vende, sólo hay una manera de pagarme, comparte tú con otros lo aquí aprendido, debes saberlo también, he determinado en mi testamento heredarte mi tienda, mi casa, mi laboratorio, a mis hijos, a quienes no veo desde hace años, poco les importó mi profesión y, sin juzgarlos, se alejaron de mí, ellos no necesitan de mis bienes, gozan de fortuna y aun cuando estoy consciente de cuán rico eres, no me importa, con certeza les darás a mis pertenencias el uso adecuado, no intentes renunciar a esta herencia, es decisión tomada y las últimas voluntades nunca deben ser cuestionadas»,

«y en un par de meses me presentaré a la universidad a estudiar medicina», el hombre soltó una carcajada, «la gente de mucho estudio trabaja poco, los libros son para los vagos»,

las desgracias llegan de dos en dos, las bendiciones en decenas.

según la Biblia y otros textos religiosos, de Adán surgió Eva, en él habitaba también lo femenino, la inteligencia de Dios consistió en separar uno del otro, según afirman algunas culturas del Medio Oriente, cada número de años vuelve a nacer un Adán en cuyo cuerpo aún conviven hombre y mujer, es un retorno al ser original enviado por Dios para recordarnos nuestra procedencia, son Adán y Eva a la vez, padre y madre, hijo e hija, hermano y hermana, en estas culturas, quienes gozan de esta condición, he usado la palabra “gozan” y no “padecen”, están lejos de avergonzarse, al contrario, se consideran elegidos por Dios, ayuntar con un andrógino significa hacerlo con el origen sagrado, tal privilegio se reserva para los príncipes herederos, cuando son jóvenes y se hallan listos para perder la castidad se les lleva a copular con el divino cuerpo de un hermafrodita, al penetrarlos, penetran la historia profunda de lo humano, decida usted si lo supone como una maldición o como un privilegio»,

«donde se para una mosca, se paran varias»,

en opinión de Tarik Salem, el más anciano, la cirugía debía cancelarse, «quienes debemos cambiar somos nosotros, no ellas, todos somos hijos de Alá y a cada quien, aun al más deforme, le ha dado vida con un propósito, es nuestra prelación develarlo», sostuvo, «déjalas en paz, Robert, es lo justo»,

«la ciencia no avanza si quien la practica no goza de tiempo libre para pensarla, ojalá este pequeño presente les ayude a sobrepasar los malos tiempos»,

«en este país han confluido las más potentes culturas de la historia, lejos de anularse, se han complementado unas con otras, pero también han convergido sus vicios y por eso es tan fascinante»,

«la muerte es caprichosa, a quién elige es siempre un misterio»,

cuando de pronto empecé a marearme, para no caer me recargué en las húmedas entrañas, podría ser efecto de la sugestión, pero una racha de imágenes comenzó a bombardearme, un niño tomado de la mano de Ailis, Londres en llamas, mi padre golpeándose la cabeza contra un muro, mi madre aullando lamentaciones, Sam muerto en una caballeriza, Greta y Daniela desnudas frente a mí, Mircea asesinado de una cuchillada por la espalda, soldados ingleses yacientes en trincheras, los albinos desollados vivos, preso de una angustia creciente vomité y luego no supe más de mí. Desperté al alba, cuando el calor de la mañana resultaba ya intolerable, abrí los ojos, mis manos se encontraban manchadas de sangre hasta la altura de los antebrazos,

la cicatriz había tapado los conductos, con paciencia la removieron y las trompas de Falopio quedaron liberadas, Black me pidió acercarme y señaló el sitio operado, «el sabio estaba en lo correcto, William, se formaron abultamientos en los pasajes, pero pudimos extirparlos, aun cuando no hay garantías, su aptitud para ser madre se ha acrecentado»,

cisura

«para este grupo la medicina no sólo es camino para un mayor bienestar sino una oportunidad única para hacer jugosos negocios, como verás, no estamos exentos de intereses mezquinos, pero es mejor a gastarlo en fruslerías»,

«lo prefiero a una muerte lenta y a una existencia sin libertad»,

«vienen a menudo a mi mente las imágenes de Perseo levantando la cabeza de Medusa, imagino el cuello sangrante, los coágulos deslizarse por el cuello, los pellejos colgantes y lo más horroroso: la cabeza me sonríe, como me sonrió anoche Daniela»,

de una vez aprende esta máxima: en medicina, la sinceridad no siempre es la mejor opción»,