se dedicaba a la caza del ganso llamado eidero, cuyo plumón constituye la principal riqueza de la isla. En efecto, para recoger esta pluma, que se llama edredón, no es preciso desplegar una actividad asombrosa. En los primeros días del verano, la hembra de este ganso, notable por su extraordinaria belleza, construye su nido entre las rocas de los fiordos que tanto abundan en las costas de la isla. Una vez construido su nido, lo forra con finísimas plumas que del vientre se arranca ella misma. En seguida llega el cazador, o, por mejor decir, el cosechero, se apodera del nido y se ve precisada
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