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Tan poco comunes, que los eruditos Norman Geisler y William Nix concluyen que: «El Nuevo Testamento, entonces, no solo sobrevivió en más manuscritos que cualquier otro libro de la antigüedad, sino que sobrevivió en una forma más pura que cualquier otro gran libro; en una forma que es pura 99.5%».
»En segundo lugar, se utilizaba el criterio de conformidad con lo que se denominaba la regla de fe. Es decir, ¿el documento es congruente con la tradición cristiana básica que la Iglesia reconocía como normativa? Y en tercer lugar, se encuentra el criterio que evaluaba si un documento había
tenido aceptación y uso continuos por toda la Iglesia. —¿Entonces aplicaban esos criterios y que las fichas
“Es la pura verdad decir que los libros del Nuevo Testamento se volvieron canónicos porque nadie pudo impedir que lo fueran.”
Podían escuchar la voz del Buen Pastor en el Evangelio de Juan; podían escucharla solo ahogada y distorsionada en el Evangelio de Tomás, mezclada con muchas otras cosas.
»Que alguien diga hoy día que el canon surgió tan solo después de que los concilios y sínodos se pronunciaran al respecto sería como decir: “Reunamos a varias academias de músicos para que den un pronunciamiento de que la música de Bach y Beethoven es maravillosa.” Yo diría “¡Gracias por nada! Lo sabíamos antes de que se hiciera su pronunciamiento.”
—En suma, los Evangelios son fuentes excelentes —respondió—. En realidad, son las fuentes más fidedignas, completas y confiables acerca de Jesús. Las fuentes incidentales no aportan mucha información detallada; sin embargo, son válidas como evidencia corroborativa.
pesar de que el pasaje tuviera esto en cuenta específicamente o no, nos provee un hecho muy notable y es el siguiente: la crucifixión era el destino más abominable que a alguien le pudiera tocar, y el hecho de que hubiera un movimiento basado en un hombre crucificado tiene que explicarse.
—Así es. Era el sobrino de Plinio el Viejo, el famoso enciclopedista que murió en la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Plinio
Joven se convirtió en gobernador de Bitinia en el noroeste de Turquía. Gran parte de su correspondencia con su amigo, el emperador Trajano, se conserva hasta nuestros días.
—Por lo tanto, tal como lo señala Paul Maier, hay testimonio no bíblico de la oscuridad que se dio al momento de la crucifixión de Jesús. Parece que algunos se vieron en la necesidad de darle una explicación natural y dijeron que fue un eclipse.
judío; en segundo lugar, que mucha gente creía que él realizaba sanidades y exorcismos; en tercer lugar, que algunos creían que él era el Mesías; en cuarto lugar, que fue rechazado por los líderes judíos; en quinto lugar, que fue crucificado bajo órdenes de Pon-cio Pilato en el reino de Tiberio; en sexto lugar, que a pesar de su muerte deshonrosa, sus seguidores, que creían que él estaba vivo, se esparcieron más allá de Palestina al punto de que había multitudes de ellos en Roma alrededor del año 64 d.C.; y en séptimo lugar, que todo tipo de gente, de la ciudad y del campo, hombres y mujeres,
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»También es interesante que Pablo no menciona algunas de las cosas que son sumamente significativas en los Evangelios; por ejemplo, las parábolas y los milagros de Jesús, sino que se concentra en la muerte propiciatoria de Jesús y su resurrección.
»Debo decir que toda esta corroboración por parte de Pablo es de suma importancia. Y también tenemos otras cartas tempranas por parte de Santiago y Pedro, testigos oculares. Santiago, por ejemplo, recuerda el Sermón del Monte de Jesús.
Ignacio, el obispo de Antioquía en Siria fue martirizado
humanidad, en contraposición a la herejía docetista, que negaba que Jesús hubiera sido humano en realidad. También enfatizó el apuntalamiento histórico del cristianismo; escribió en una carta, camino a su ejecución, que Jesús fue en verdad perseguido bajo el gobierno de Pilato, fue crucificado en verdad, resucitó en verdad de los muertos y que aquellos que creen en él resucitarán también.
»Eso no quiere decir que no reconozco que quedan algunas cuestiones pendientes; en esta vida no tendremos un conocimiento completo. Sin embargo estas cuestiones ni siquiera socavan mi fe en la credibilidad esencial de los Evangelios y del resto del Nuevo Testamento.
—Para mí, la evidencia histórica ha reforzado mi compromiso con Jesucristo, el Hijo de Dios, quien nos ama y murió por nosotros y resucitó de los muertos. Es así de sencillo.
The Veredict of History [El veredicto de la historia],
Cuando la cadena de televisión Arts and Entertainment quiso asegurarse de la exactitud de su programa Mysteries of the Bible [Los misterios de la Biblia] también llamaron a McRay. Y cuando National Geographic necesitaba un científico que pudiera explicar los detalles intrincados del mundo bíblico, sonó de nuevo el teléfono en la oficina de McRay en el respetado Wheaton College en las afueras de Chicago.
Sin embargo, eso no confirma que lo que Jesucristo dijo es verdad. Las verdades espirituales no se pueden probar o refutar mediante descubrimientos arqueológicos».
Cesarea, en la costa de Israel, donde él y otros excavaron el puerto de Herodes el Grande. —Por mucho tiempo se cuestionó la validez de una afirmación de Josefo, el historiador del siglo I, de que este puerto era tan grande como el de Pireo, el principal puerto de Atenas. Se pensó que Josefo estaba equivocado
consenso de los eruditos liberales y conservadores es que Lucas es muy preciso como historiador —respondió McRay—. Es erudito, es elocuente, su griego se aproxima a la calidad clásica, escribe como un hombre educado, y los descubrimientos arqueológicos demuestran una y otra vez que Lucas es preciso en lo que tiene que decir.
“En el tiempo de los poliarcas…” Uno puede ir al Museo Británico y verlo por uno mismo.
»Jericó estuvo por lo menos en cuatro lugares distintos casi un cuarto de milla entre ellos en tiempos antiguos. La ciudad fue destruida y reconstruida cerca de una fuente de agua distinta o de un nuevo camino o más cerca de una montaña o lo que fuere.
Un arqueólogo prominente examinó con cuidado las referencias de Lucas a treinta y dos países, cincuenta y cuatro ciudades y nueve islas y no encontró ni un solo error.3 La
copia de Juan 18, que según los principales papirólogos data del año 127 d.C. aproximadamente. Al demostrar que los textos de Juan existían desde época tan temprana y en lugares tan remotos como Egipto, la arqueología desarmó con eficacia toda especulación
Parecía razonable. Incluso el escéptico Ian Wilson, citando los restos del período pre cristiano que se encontraron en 1955, se las arregló para admitir que «tales hallazgos sugieren que Nazaret debe haber existido en tiempos de Jesús pero no hay duda de que debe haber sido un lugar pequeño e insignificante».12 Tan insignificante que la reflexión de Natanael en Juan 1:46 ahora tiene más sentido: «¡De Nazaret!», exclamó. «¿Acaso de allí puede salir algo bueno?»
—Sin embargo —agregó McRay—, tiene que situarse nuevamente en el siglo I y tener ciertas cosas en mente. En primer lugar, Belén es probable que no fuera mucho más grande que Nazaret, por lo tanto, ¿cuántos niños de esa edad pudo haber en ese pueblo de quinientos o seiscientos habitantes? Ni miles ni cientos, aunque unos pocos seguramente.
»En segundo lugar, Herodes el Grande era un rey sediento de sangre: mató a miembros de su propia familia; ejecutó a muchas personas que según él podrían desafiarlo. Entonces el hecho de que matara algunos niños en Belén no va a cautivar la atención del pueblo en el mundo romano. »Y en tercer lugar, no había ni televisión, ni radio, ni diarios. Hubiera tardado mucho tiempo en correr la voz, especialmente de un pueblecito de montaña en el medio de la nada, y los historia-dores tenían
integrantes de una secta judía estricta llamados los esenios antes de que los romanos destruyeran su comunidad.
del primer manuscrito que se halló del Evangelio de Marcos, cuya fecha se remonta a no más de diecisiete o veinte años después de la crucifixión de Jesús. Sin embargo, muchos eruditos se mantienen escépticos de su interpretación.
través de los siglos, los cristianos se preguntaron por la respuesta algo enigmática de Jesús. En lugar de decir directamente sí o no, Jesús respondió: «Vayan y cuéntenle a Juan lo que ven y oyen: Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas» (Mateo 11. 4-5). La respuesta de Jesús era una alusión a Isaías 61. Sin embargo, por alguna razón Jesús incluyó la frase «los muertos resucitan», la cual es notorio que está ausente en el texto del Antiguo Testamento.
Como autores, John Ankerberg y John Weldon llegaron a la siguiente conclusión en un libro sobre la materia: «Es decir, nunca se localizó ninguna ciudad del Libro del Mormón, nunca se encontró ninguna persona, lugar, país o nombre del Libro del Mormón, ningún artefacto del Libro del Mormón, ni las escrituras del Libro del Mormón, ninguna inscripción del Libro del Mormón… jamás se encontró nada que demuestre que el Libro del Mormón no es más que un mito o una invención.»
«Aquellos que conocen los hechos ahora reconocen que el Nuevo Testamento debe aceptarse como un libro de consulta notablemente preciso.»18 Habiendo establecido
Revisionist Replies [¿Sabio Cínico o Hijo de Dios?:
Es mucho más razonable poner mi confianza en los Evangelios, que pasan la prueba del escrutinio histórico con éxito total, que poner mi esperanza en lo que dice el Seminario de Jesús.
—No, no es porque no se concebía en esos términos —respondió Witherington mientras se acomodaba en la silla y se cruzaba de piernas—. Si hubiera anunciado simplemente: “Hola, muchachos; soy Dios” eso se hubiera entendido como “Soy Yahvé” porque los judíos de ese tiempo no tenían la noción de la trinidad. Solo conocían a Dios el Padre, al que llamaban Yahvé, y no a Dios el Hijo ni a Dios Espíritu Santo. »De modo que si alguien dijera que era Dios, no habría tenido sentido para ellos y se habría visto como una blasfemia flagrante.
—Jesús ve sus milagros como algo que desencadena un hecho sin precedentes, la llegada del dominio de Dios —respondió Witherington—. No se ve simplemente como un obrador de milagros; se ve como el único en quien y a través de quien se cumplen las promesas de Dios. Y esa es una afirmación de trascendencia no muy velada.
testigos de modo que el testigo A pudiera atestiguar acerca de la veracidad del testigo B y viceversa —respondió Witherington—. Sin embargo, Jesús atestigua acerca de la veracidad de sus propias palabras. En lugar de basar sus enseñanzas en la autoridad de otros, habla con autoridad propia. »Por lo tanto, es alguien que se consideraba que tenía una autoridad superior a la de los profetas del Antiguo Testamento. Él creía que poseía no solo inspiración divina, al igual que el Rey David, sino también autoridad divina y el poder de expresión divi-na directa.» Además de
—En realidad —respondió Witherington—, la importancia del término “Abba” radica en que Jesús es quien inicia una relación íntima que antes no estaba disponible. La pregunta es: ¿qué clase de persona puede cambiar los términos para la relación con Dios? ¿Qué clase de persona puede iniciar una nueva relación de pacto con Dios?
—Muy importante —respondió—. Indica que Jesús tenía un grado de intimidad con Dios que no se parece a nada del judaísmo de su tiempo. Y escuche, aquí viene el remate: Jesús está diciendo que solo a través de tener una relación con él se hace posible este tipo de lenguaje de oración, este tipo de relación “Abba” con Dios.
—Una crisis de identidad no, aunque creo que tuvo puntos de confirmación de identidad —respondió el profesor—. En su bautismo, en su tentación, en la transfiguración, en el Jardín del Getsemaní; todos son momentos de crisis
los que Dios le confirma quién era él y cuál era su misión.
—Jesús pensaba que él era la persona designada por Dios para traer a la historia humana de la suprema obra redentora de Dios. Creía que era el representante de Dios para llevarla a cabo, que había sido autorizado por Dios, que hablaba por Dios, y que era dirigido por Dios para realizar esa tarea. Por lo tanto, lo que dijo Jesús, lo dijo Dios. Lo que hizo Jesús fue la obra de Dios.
»Ahora bien, Dios, por su naturaleza divina, no muere. Entonces ¿cómo iba a lograr esto? ¿Cómo iba a ser Dios el Salvador de la humanidad? Tenía que venir como ser humano para llevar a cabo la tarea. Y Jesús creía que él era quien lo haría.
«Era cariñoso pero no dejaba que su compasión lo paralizara; no tenía un ego envanecido, aunque a menudo estaba rodeado de multitudes que lo adoraban; mantenía el equilibrio a pesar de su estilo de vida que por momentos era exigente; siempre sabía qué era lo que estaba haciendo y adónde iba; se preocupaba profundamente por las personas, incluso por las mujeres y los niños, quienes en ese entonces no se consideraban importantes; fue capaz de aceptar a la gente pasar por alto su pecado; respondía a los individuos según
»Verá, si yo dijera ser el presidente de los Estados Unidos, sería una locura. Al mirarme usted no vería ninguno de los atavíos del cargo de presidente. No luciría como el presidente. La gente no aceptaría mi autoridad presidencial. No tendría la custodia de los agentes del Servicio Secreto. Sin embargo, si el verdadero presidente dijera ser el presidente, no sería una locura porque él es el presidente y habría abundante evidencia corroborativa de ello. »En forma análoga, Jesús no dijo ser Dios simplemente; él lo respaldó con sanidades asombrosas, con sorprendentes demostraciones de poder
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por encima de todo eso, Jesús resucitó gente de entre los muertos; ¡y la muerte no es un estado inducido sicológicamente! Además están todos sus milagros naturales: calmar la tempestad, transformar el agua en vino. Eso desafía las respuestas naturalistas.
C.S. Lewis: hay dos errores iguales y opuestos en los que podemos caer con respecto a los demonios: “Uno es no creer en su existencia. Y el otro es creer y tener un interés excesivo y poco saludable en ellos. Ellos están complacidos con cualquiera de estos dos errores.”8