fantasiosos evangelios apócrifos mucho tiempo después. La gente eligió los nombres de figuras reconocidas y ejemplares para ser sus autores ficticios: Felipe, Pedro, María, Jacobo. Esos nombres tenían más peso que los de Mateo, Marcos y Lucas. Así que para responder a su pregunta, no habría habido razón alguna para atribuirle su autoría a estas tres personas poco respetadas si no fuera cierto.