Boris Baranov

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uno llamara a cada uno de los testigos ante un tribunal para interrogarlos solo por unos quince mi-nutos cada uno y si continuara día y noche sin parar, le llevaría desde el desayuno del lunes, hasta la cena del viernes para escucharlos a todos. Después de escuchar ciento veintinueve horas seguidas de testimonios de testigos oculares, ¿quién no sale convencido?
The Case for Christ
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