Recuerdo que me llamó la atención la frase “solicitar una visa para no morir”. Yo pensé de inmediato en la palabra “visa”, en su acepción de “permiso”. Sin embargo, Mauro me aclaró que se refería a la tarjeta de crédito que su papá le había prestado durante un tiempo. Curiosamente, hasta el día de hoy no puedo pensar en la tarjeta, sino que sigo interpretando la letra a mi manera.

