Y sin palabras no hay un orden, no hay presente ni pasado. No es posible, por ejemplo, preguntar si los objetos nos ven: si los sauces, si los cactus, si los cardenales nos miran o solo nosotros los miramos y les imponemos esos nombres: sauce, cactus, cardenal. Y si desaparecen cuando no hablamos o si el mundo sigue su curso, intacto y mudo.

