More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
Read between
January 25 - January 27, 2024
Pero a partir de un determinado momento, la producción ya no es productiva, sino destructiva; la información ya no es informativa, sino deformadora; la comunicación ya no es comunicativa, sino meramente acumulativa.
La eliminación de la lejanía no genera más cercanía, sino que la destruye.
La sociedad del miedo y la sociedad del odio se promueven mutuamente.
La demasía de lo igual puede provocar vómitos, pero la regurgitación no proviene de una sensación de asco que se refiera al distinto, al extraño.
nadie tiene «más derecho que otro a estar en un lugar de la Tierra».
La acumulación narcisista de libido hacia el yo pone enfermo. Genera sentimientos negativos como el miedo, la vergüenza, la culpa y el vacío:
Con internet nos hemos vuelto más turistas que nunca. Hemos dejado de ser el homo doloris que habita umbrales.
La pantalla digital nos protege cada vez más de la negatividad de lo extraño, de lo desapacible y siniestro.
la explotación ya no se produce como alienación y desrealización de sí mismo, sino como libertad, como autorrealización y autooptimización.
Los ocupantes del panóptico digital no se sienten observados, es decir, no se sienten vigilados.
Los besos escritos no llegan a su destino, sino que los espectros se los beben por el camino.
La comunicación digital es muy pobre de mirada y de voz. Los enlaces y las interconexiones se entablan sin mirada ni voz.
El ruido de la comunicación vuelve imposible estar a la escucha.
El ego no es capaz de escuchar.
La comunicación digital me interconecta y al mismo tiempo me aísla. Destruye la distancia, pero la falta de distancia no genera ninguna cercanía personal.
En la comunidad del «me gusta» uno solo se encuentra a sí mismo y a quienes son como él.

