Hay una saturación de tratamientos, que normalmente provocan un gran malestar, con la esperanza de engañar a la muerte: cirugía con resultados inciertos y prolongadas estancias en la UCI cuando la situación es inútil. En nuestra sociedad creemos que, si nos equivocamos en el tratamiento, el error ha de ser por exceso y no por defecto, y despojamos al paciente de su dignidad.278