Y es necesario nombrar a la ansiedad para que ese estribillo que cantan los “cálmate, no va a pasar nada” deje de repetirse porque es un sinsentido. Porque el hecho es que sí ocurre algo, pero ocurre dentro. Una tormenta, el pánico, la locura, un tiroteo. Un león que te persigue, un abismo que se abre, la sensación de que estás sin estar, de que la realidad, por más palpable y presente que sea, para ti es brumosa, lejana, desenfocada.