Por último, recordad que en las descripciones podéis emplear los cinco sentidos, porque, si no estáis atentos, descubriréis que os apoyáis demasiado en la vista. Lo hacen casi todos los escritores. El sentido del gusto es el más difícil de todos, pero lo normal es que, si no os esforzáis de forma consciente, dejéis un poco de lado el oído, el olfato y el tacto.

