En eso hay una lección que aprender: cuando escribáis subtramas con los personajes secundarios, aseguraos de que el lector se implica en ellas y quiere ver lo que le ocurre a ese personaje, o por lo menos intentad que su arco de personaje sea cautivador e interesante. Preocupaos de hacer las promesas adecuadas para el personaje y de que el lector perciba un progreso hacia lo que le habéis prometido. También conviene mostrar cómo se combinará esa subtrama con la historia principal, qué relevancia tendrá en ella.

