Otra estructura con la que quizá os hayáis encontrado es el formato en tres actos, que en esencia es una abstracción de las mismas ideas que aparecen en la mayoría de los arquetipos de trama. En él, la historia se concibe como tres partes separadas por dos puntos de división principales. Se ha hablado mucho del formato en tres actos y hay muchas formas de implementarlo, pero el primer punto de inflexión suele llegar cuando el protagonista deja de ser inactivo y se vuelve proactivo. La historia pasa del primer acto al segundo cuando el personaje dice: «Voy a ir a hacer esto». Y sabemos que el
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