Acostumbro a anotar todas estas ideas. Van a mi cuaderno, o a un archivo en mi ordenador que ahora mismo se llama «Ideas previas». Son solo unas listas enormes de ideas, y una novela crece a partir de muchas de esas ideas combinadas. Cuando tengo algo parecido a la semilla de una novela que puede funcionar, suelo volver al cuaderno para comprobar si hay alguna otra idea que pueda encajar bien con esa semilla.

