Las historias funcionan gracias a la sensación de progreso. Las tramas avanzan porque vemos que las cosas cambian. Así que tendréis que decidir si los cambios en vuestros personajes formarán parte de los motivos para que el lector siga pasando páginas, o si sobrecargaréis la capacidad de vuestros personajes y ofreceréis el espectáculo de gente muy hábil haciendo cosas impresionantes. Son dos tipos distintos de historia.

