Lupita Diosdado

50%
Flag icon
Cuando lleguen, si alguno de esos hijos de puta se baja de la camioneta, le apuntás a la cabeza. Que no te tiemble la mano —le dice la abuela, y la nieta acomoda el hombro, el dedo sobre el gatillo, traba los pies en el polvo y respira hondo. Como le han enseñado.
Soy una tonta por quererte
Rate this book
Clear rating
Open Preview