Camila Aristizábal

35%
Flag icon
Las baladas eran como si salieras a andar en bicicleta por una ciudad vacía, de noche. Así de suaves. Era como si esos negros nos sostuvieran sobre su música, y me sentía tan liviana, tan imposiblemente liviana que la carne cruzó mi pensamiento y me asqueé, me asqueé de no ser música, no sé si me entienden. No música para tocar algún instrumento, sino ser música, ser una canción al menos, y no una persona. Me puse triste porque tenía un cuerpo, un cuerpo que no me pertenecía, que no podía vestir como quería, ni perfumar como quería, ni nombrar como quería. Estaba ahí, con mi cuerpo de hombre, ...more
Soy una tonta por quererte
Rate this book
Clear rating
Open Preview