More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
—No puedes tocarme —susurro. Miento, es lo que no le digo. Puede tocarme, es lo que nunca le diré. Por favor, tócame, es lo que quiero decirle.
—Porque no. Porque… —Se acaricia los dedos. Se aclara la garganta. Su mirada se clava en el techo durante unos segundos—. Porque te necesito. —¡Me necesitas para que mate a otras personas!
—La vida es un lugar lúgubre —susurra—. A veces debes aprender a ser el primero en disparar.
—Cuando te enfadas, eres una delicia. —Es una pena que mi sabor resulte venenoso para tu paladar. —Vibro
—Acabas de decir mi nombre. —Sonríe aún más—. Nunca te habías dirigido a mí por mi nombre. Debe de ser que estoy progresando contigo.
quise ver la cara que los demás odiaban tantísimo.
Y él respira más fuerte que yo y de repente coloca los labios sobre mi cuello y yo jadeo y me muero y me aferro a sus brazos y él me toca me toca me toca y estoy hecha de rayos y de truenos y me pregunto cuándo diablos me voy a despertar.
—Sí. Me enamoré de ti hace mucho tiempo. Pero nunca tuve el valor de actuar en consecuencia.
—Te quiero. Mira mis ojos y mi boca, y susurra con voz ronca: —¿Sí? —Claro que sí.
—Quiero que me elijas a mí —añade—. Quiero que elijas estar conmigo. Quiero que lo quieras…
El colapso de nuestra sociedad no debería sorprendernos. Lo hemos provocado nosotros mismos.

