More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
Allí estaba al fin un fragmento de ese mundo más allá del mundo, que siempre había supuesto que amaba y deseaba, irrumpiendo y apareciendo ante mis sentidos. Y no me gustaba, quería que se fuera.
¿Era posible que esa ansiedad de tener las cosas otra vez, como si la vida fuera una película que pudiera proyectarse dos veces, o incluso hacia atrás, fuera la raíz de todo mal?
Era extraño que la soledad absoluta experimentada en todas aquellas horas no lo hubiera perturbado tanto como una noche de soledad en Malacandra. Pensó que la diferencia residía en eso: que la simple casualidad, o lo que él tomaba por casualidad, lo había abandonado en Marte, mientras que aquí sabía que formaba parte de un plan. Ya no estaba despegado, ya no estaba fuera.
Después los ojos se cansaron y supo que cuanto más mirara menos vería. Pero siguió mirando de todos modos.
Podrías rechazar el bien real, podrías lograr que el fruto real fuera insípido pensando en el otro.
Al menos —agregó alzando la voz—, esta prohibición no es penosa en un mundo como el tuyo. —Decir eso también es extraño —replicó la Dama —. ¿Quién pensó que fuera penosa? Si yo les ordenara a los animales que caminaran sobre la cabeza, no lo encontrarían penoso. Caminar sobre la cabeza se convertiría en su deleite. Yo soy el animal de Él y todas sus órdenes son alegrías. No
Caminar apartándose de su voluntad es caminar hacia ninguna parte.
Así, y no de otro modo, estaba hecho el mundo. De las elecciones individuales debía depender algo o nada. Y si era algo, ¿quién podía fijarle límites? Una roca puede determinar el curso de un río. Él era la roca en ese momento horrible que se había convertido en el centro de todo el universo.
Toda la distinción entre lo accidental y lo planificado, como la distinción entre la realidad y el mito, era puramente terrestre.
Cuando Él murió en el Mundo Herido no murió por los hombres, sino por cada hombre. Si cada hombre hubiese sido el único hombre creado, Él no habría hecho menos. Cada cosa, desde el grano único de polvo hasta el eldil más poderoso, es la causa final y definitiva de toda la creación, y el espejo en el que el rayo de su brillo llega a descansar y así retorna Él. ¡Bendito sea!
Parece no haber plan porque todo es plan; parece no haber centro porque todo es centro. ¡Bendito sea!