Primero, expresamos nuestras propias necesidades. • Segundo, buscamos las verdaderas necesidades de la otra persona, no importa cómo las esté expresando. Si no está expresando una necesidad sino dando una opinión, emitiendo un juicio o haciendo un análisis, lo reconocemos y continuamos buscando la necesidad que se halla tras sus palabras, la necesidad que subyace en lo que está diciendo.