More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
Read between
November 5, 2023 - August 22, 2024
lo que observo, siento y necesito; lo que pido para enriquecer mi vida; lo que el otro observa, siente y necesita; lo que pide para enriquecer su vida...
Somos peligrosos cuando no somos conscientes de nuestra responsabilidad por cómo nos comportamos, pensamos y sentimos
¿era tonto o solo sabía cosas diferentes de las que tú sabías?
El primer componente de la CNV conlleva la separación de la observación y la evaluación. Cuando las mezclamos, la otra persona suele tener la impresión de que le criticamos y por lo tanto opone resistencia a lo que le estamos diciendo.
Distingamos los sentimientos de los pensamientos
Cuando alguien se comunica negativamente con nosotros, tenemos cuatro opciones para recibir el mensaje: (1) culparnos a nosotros mismos, (2) culpar al otro, (3) percibir nuestros propios sentimientos y necesidades, (4) percibir los sentimientos y necesidades ocultos en el mensaje negativo de la otra persona.
En el transcurso de la evolución hacia la liberación emocional, la mayoría pasamos por tres etapas: (1) “esclavitud emocional” creemos que somos responsables de los sentimientos de los demás), (2) “la etapa antipática” (nos negamos a admitir que nos importa lo que los demás sienten o piensan), y (3) “liberación emocional” (aceptamos plenamente la responsabilidad de nuestros propios sentimientos sin hacernos responsables de lo que puedan sentir los demás, siendo conscientes al mismo tiempo de que nunca conseguiremos satisfacer nuestras necesidades a expensas de ellos).
cuanto más tiendan los demás a percibir exigencia en nuestras palabras, menos disfrutarán de estar a nuestro lado.
la manera más poderosa de comunicar que estamos haciendo una petición genuina es empatizar con las personas cuando no acceden a hacer lo que les pedimos.
Si somos capaces de mostrar empatía a
una persona respecto a lo que le impide hacer lo que le hemos pedido, entonces, por mi definición, hemos hecho una petición y no una exigencia.
Puesto que el mensaje que enviamos no siempre es el que se recibe, necesitamos aprender cómo comprobar que nuestro mensaje se ha escuchado correctamente.
El objetivo de la CNV no es cambiar a las personas y su comportamiento para salirnos con la nuestra; es establecer relaciones basadas en la honestidad y la empatía, que con el tiempo nos llevarán a satisfacer las necesidades de todos.
El filósofo chino Chuang-Tzu declaró que la verdadera empatía requiere escuchar con todo el ser: “Escuchar con los oídos es una cosa. Escuchar con el entendimiento es otra. Pero escuchar con el espíritu no es algo limitado a una sola facultad, la del oído o la de la mente. Exige vaciar todas las facultades. Y cuando las facultades están vacías, es todo el ser el que escucha. Entonces se produce una percepción directa de lo que está ahí ante uno, lo cual jamás podría ser escuchado con el oído o comprendido con la mente”.
1. Lo que el otro está observando: “¿Estás reaccionando al número de noches que estuve ausente la semana pasada?” 2. Cómo el otro se está sintiendo y las necesidades que generan sus sentimientos: “¿Te sientes dolido porque te habría gustado obtener más valoración por tus esfuerzos de la que recibiste?” 3. Lo que el otro está pidiendo: “¿Quieres que te diga cuáles fueron mis motivos para decir lo que dije?”
Si nos lanzamos con mucha rapidez a hacer lo que nos piden, a veces no transmitimos nuestro genuino interés por sus sentimientos y necesidades; por tanto, se pueden llevar la impresión de que tenemos prisa por librarnos de ellos o por arreglar su problema.
Sabemos que el otro ha recibido la empatía necesaria cuando (1) percibimos una liberación de tensión o (2) se produce un silencio
La empatía, sin embargo, requiere que vaciemos la mente y escuchemos a los demás con todo nuestro ser.
Nuestra capacidad de ofrecer empatía nos permite mostrar nuestra vulnerabilidad, neutralizar la violencia potencial, escuchar el “no” sin tomárnoslo como un rechazo, reavivar una conversación sin vida e incluso escuchar los sentimientos y necesidades expresados por medio del silencio. Una y otra vez, las personas trascienden los efectos paralizantes del dolor psicológico
Al evaluar nuestros comportamientos en base a nuestras necesidades no satisfechas, el impulso de cambio no procede de la vergüenza, la culpa, la rabia o la depresión, sino del genuino deseo de contribuir a nuestro bienestar y el de los demás.
Si revisamos aquellas acciones a las que nos sometemos con desgana y sustituimos el “tengo que” por “elijo”, descubriremos más alegría e integridad en nuestras vidas.
Recordemos las cuatro opciones al recibir un mensaje negativo: 1. Culparnos 2. Culpar al otro 3. Percibir nuestros sentimientos y necesidades 4. Percibir los sentimientos y necesidades del otro
1. Pararse y respirar 2. Identificar los pensamientos que contienen juicio 3. Conectar con las propias necesidades 4. Expresar los propios sentimientos y necesidades no satisfechas
Nuestra necesidad es que el otro escuche verdaderamente nuestro dolor
Primero, expresamos nuestras propias necesidades. • Segundo, buscamos las verdaderas necesidades de la otra persona, no importa cómo las esté expresando. Si no está expresando una necesidad sino dando una opinión, emitiendo un juicio o haciendo un análisis, lo reconocemos y continuamos buscando la necesidad que se halla tras sus palabras, la necesidad que subyace en lo que está diciendo.
Tercero, verificamos que ambas personas reconocen con exactitud las necesidades de la otra persona y, si no es así, seguimos buscando la necesidad que subyace a sus palabras. • Cuarto, proporcionamos tanta empatía como sea necesaria para poder escuchar las necesidades el uno del otro. • Y quinto, habiendo aclarado las necesidades de ambas partes en la situación, proponemos estrategias para resolver el conflicto, enmarcándolas en un lenguaje de acción afirmativo.
A lo largo de todo el proceso, nos estamos escuchando los unos a los otros con el máximo cuidado, evitando el uso de lenguaje que implique error por parte del otro.