Inexperto, sí, pues, y éstos son datos contrastados e irrefutables, no sujetos ni a valoración ni a interpretación ni a tergiversación alguna, tan común en ocasiones entre estas paredes cuando un abogado y un fiscal retuercen la realidad con medias verdades, cuando no con mentiras completas. Y es que, ¿en cuántos juicios públicos, con iudices, en una basílica romana, ha intervenido el joven Cayo Julio César?

