Aunque hoy has conseguido una pequeña gran victoria. —¿Una victoria? ¿Yo? —Hoy has hecho un amigo. Tú has conocido hoy a quien quizá sea lo que Cayo Lelio fue para Escipión. Me precio de conocer bien el carácter de las personas. —Miró a Labieno, que tenía los ojos abiertos y no parpadeaba—. No, este amigo tuyo no te traicionará nunca.

