Más allá de la cuestión moral de promover un asesinato, porque, además, es un error en este pulso brutal: Saturnino y Glaucia interpretan que el Senado está vencido, cuando yo creo que simplemente está midiendo sus tiempos, calculando cómo y cuándo contraatacar para volver a hacerse con el poder completo, situando en el tribunado de la plebe y en la pretura a hombres de su confianza que no promuevan estos repartos de tierras, riqueza o derechos y así, por fin, aislarme del todo antes de asestarme el golpe definitivo.

