Es bien sabido que el mundo del marketing en línea en el que opera HubSpot es un mundo un poco sucio. Además de instaladores de piscinas y floristerías, entre nuestros clientes hay personas que se ganan la vida bombardeando a la gente con correos electrónicos con ofertas, engañando al algoritmo de búsqueda de Google o averiguando con qué tipo de frase embaucadora en el asunto de un correo electrónico es más probable engañar a alguien para que lo abra. El marketing en línea no es tan sórdido como el porno en Internet, pero tampoco es mucho mejor.