Aquellos que hablan sin su diafragma inevitablemente terminan como silenciosos, tímidos y asustadizos. Mientras mejor puedas proyectar tu voz, más amplio será el rango emocional que puedes crear. Tu respiración, tu expresión vocal y tus emociones están firmemente conectadas. Si estás nervioso, tu respiración se vuelve superficial y tu voz se agita. Pero, también funciona de la otra manera: si puedes dominar tu respiración y tu voz, podría parecerte un poco más sencillo conquistar tus emociones nerviosas.